Por razones de salud y curiosidad intelectual llevo unas semanas investigando someramente el tema de las terapias alternativas y de su componente nacional. Me explico, en Reino Unido, lo más de lo más en la medicina alternativa son la acupuntura (Patrick dixit: es bueníiisima cuando le comenté que pensaba recibir unas sesiones para mi contractura) y la técnica Alexander (que aquí llaman Alexander Technique: una disciplina que enseña a reeducar las posturas y el comportamiento del cuerpo). En la Pérfida ambas están completamente asentadas y todo el mundo acepta su validez. Para encontrar un terapeuta en Londres, basta con meterte en una página web, teclear tu código postal, y ahí te sale un “tecalejandrino” de tu barrio. La terapia emergente ahora es el reiki, pero aún no es demasiado conocido (yo ni siquiera sé exactamente en qué consiste).
En España la acupuntura es conocida, si bien está menos extendida que en Reino Unido, en parte porque la proporción de población asiática es menor. En la “piel de toro” la técnica Alexander le suena a la gente que está metida en terapias alternativas, fisioterapia, medicina del deporte y así, pero no al común de los mortales, pese a que hay varios libros publicados en español sobre el tema. Por el contrario, la implantación de Pilates en uno y otro país parece semejante.
Me llamaba la atención la reverencia que se tiene en Inglaterra por la técnica Alexander porque en mi visita al fisio/rehabilitador de Madrid (que sabe latín y está muy al día) le pregunté qué le parecía la técnica dichosa y me dijo que en reeducación postural había cosas mucho más avanzadas, que la TA se ha quedado desfasada. Al parecer ahora se trabaja con cadenas de músculos más que con músculos individuales, como en las propuestas de Souchard , de quien no tenían nada en la Casa del Libro. Más datos sobre las terapias de Souchard aquí.
La cosa es que como en mi última escala en Madrid no conseguí ningún libro de la Técnica Alexander y sabedora de que gran parte de mi contractura se puede deber a una mala postura al ordenador, pedí uno a Amazon, en español, para entender perfectamente cada postura y cada explicación (los libros de este tipo, incluso en español, se vuelven con frecuencia incomprensibles; fotos que no se corresponden con la explicación; pasos intermedios que no se mencionan, así que preferí eliminar ruido en lo posible: un ejercicio mal hecho te puede fastidiar por una temporada). De los varios títulos que aparecían decidí quedarme con el original, pensando que lo mejor era ir a las raíces, así que encargué La técnica Alexander. El sistema mundialmente reconocido para la coordinación cuerpo-mente, firmado por F. Matthias Alexander, padre de la TA (técnica Alexander), y Edward Maisel, compilador.
El libro estaba anunciado para septiembre, pero finalmente me ha llegado hoy. Lo he estado ojeando. La primera decepción es que no viene ni una sola ilustración ni foto, ni explicaciones de ejercicios. Pero vayamos por partes. Por lo que he visto hasta ahora, F. Matthias Alexander (1869-1955), pionero de las disciplinas psicofísicas según la contraportada, era un australiano autodidacta e iluminado. De modo somero, parece que la técnica consiste en desaprender malos hábitos de coordinación y posturas. El terapeuta te observará, analizará qué cosas haces mal, y te enseñará a inhibir el impulso de seguirlas haciendo. Se trata de separar la reacción del estímulo, para que la consciencia pueda actuar, porque siempre que hay un problema de este tipo (contractura, dolor, incluso tartamudez) el origen es que tu detector corporal está desajustado. Tus sensores no funcionan y te dan la información al revés. Así que lo primero es desconfiar de tus sensaciones engañosas, lo siguiente es olvidar todo objetivo o meta (porque te acabarán tensando y la volverás a fastidiar) y ponerte en manos del terapeuta. El te recolocará y te ayudará a que memorices la buena postura o la buena sucesión de movimientos. De esa manera aprenderás los medios-mediante-los-cuales (o un galimatías parecido que quiere decir que te centrarás en dominar el proceso antes de lanzarte a alcanzar el objetivo, siendo el objetivo sentarte bien, relajarte cuando hablas en público, proyectar la voz). Para los alexandrinos el malo de la película es la búsqueda de objetivos.
No sé si me acabará convenciendo el libro finalmente o no, ya que tiene algunos fragmentos en plan prosa de ermitaño metido en setas que me han irritado bastante, esas frases proverbiales, paradójicas y dispersas en plan literatura sapiencial del todo a cien, como ésta: Todos los malditos locos del mundo creen que realmente están haciendo lo que piensan que están haciendo; o esta otra: Evitan materializar los propios ideales en los que dicen creen, a favor de los principios sobre los cuales trabajan, que plantea muchas preguntas: ¿quiénes lo evitan? ¿por qué lo evitan? ¿es eso bueno, malo o mediopensionista? ¿cómo se trabaja sobre un principio, de pie, de rodillas, a la pata coja?
Las frases aparecen así, sueltas, y proceden de comentarios realizados en clase por el autor. En gran medida el responsable del galimatías es el compilador y no el propio Alexander (por no mencionar las perlas de la traductora, Mª Angeles Garoz Moreno; la traducción en general es aceptable, salvo en estas frases), porque una cosa es decir cosas en medio de un contexto y para un fin inmediato y otra cosa es reproducir las frases sin ese contexto. Recojo más ejemplos al final del artículo.
Sea cual sea mi impresión al final, dado que a gente que conozco las sesiones físicas les han ido bien, he querido ver dónde podrían tratarme en Madrid. He dado con una web de un tecalejandrino de Barcelona que explica algunas cosas sobre la disciplina y que se formó en Londres, con un discípulo de Alexander que trabajó con él. Sucede que el NHS, la sanidad pública inglesa, financiaba la TA hasta hace unos años. Eso explica en parte su implantación. Hasta aquí puedo leer. Os dejo con unas bonitas frases del libro en cuestión. Voy a ver si coordino mi cuerpo con mi mente, durmiendo, naturalmente.
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Frases extraídas de La técnica Alexander. El sistema mundialmente reconocido para la coordinación cuerpo-mente. F. Matthias Alexander (autor) y Edward Maisel ( compilador). Paidós Vida y Salud. Barcelona 2006; páginas 75-85.
“No puedes hacer algo que no sabes, si sigues haciendo lo que sabes”.
“La experiencia que tú quieres está en el proceso de conseguirlo. Si tienes algo, déjalo. Conseguirlo, no tenerlo, es lo que tú quieres”.
“No existe la posición correcta, sino la dirección correcta”. (Esta tiene bastante sentido, para variar; sentido y dirección, de hecho).
“Intentar es sólo enfatizar lo que ya sabemos”. (Esta puede ser cierta).
Todo el mundo quiere tener razón pero nadie se para a pensar si su idea de tener razón es cierta. (¿Tengo razón al pensar que es cierto? ¿o es incierto? Mi no entender)
Y también se cura en salud ante las posibles críticas:
Cuidado con la lectura: puede que no lo leas como está escrito. (Acabáramos, así cualquiera; y lo malo es que tiene razón, una cosa es lo que alguien escribe y otra lo que otro interpreta y también hay diferencia entre lo que uno cree escribir y lo que en realidad escribe).
¿Qué os han parecido? ¿Cuál es vuestra favorita?