Humor sueco (II)

Hasta entonces, yo, que andaba comiendo piña mientras F. me relataba el caso, me habí­a limitado a comentar en un perfil muy bajo que a mí los testigos de Jehová me parecen unos plastas, pero al ver cómo crecía su admiración por la gente de las convicciones arraigadas no me ha quedado más remedio que pasar de pantalla y decirle que las ideas de los testigos serán todo lo strong que quieran pero que su fundamento va contra la historia, la razón y la lógica. Que dejan morir a gente antes de hacerles una transfusión -pensé que este dato la haría entrar en razón- y que de admirables tenían más bien poco.

F. algo habí­a oído sobre las transfusiones, pero no le parecía determinante. Ha añadido: pero si no les oyes no puedes saber si tienen razón o no (el “you” inglés puede referirse al uno/una génerico español o a tú; en este contexto F. lo suele usar con el valor “uno/una”, por ejemplo en frases tipo Eating healthy food is good for you, no es que comer cosas saludables sea bueno para mí sólo sino para todos).
Mi contestación a que hay que oírles antes de opinar ha sido que los habí­a escuchado/padecido en numerosas ocasiones. Ganas me han dado ganas de ironizar sobre ese fenómeno reciente y desconocido llamado testigos de Jehová (Nuevas tendencias: Testigos de Jehová, ¿te imaginas?), sobre el que no hay libros, artí­culos y sobre el hecho de que si uno tiene curiosidad por algo puede leer sobre el tema, que leer no produce urticaria y que a veces hasta aprendes, pero me he callado antes de que el yin y el yan se me acaben de desequilibrar y me riña la doctora china.

Mi discurso sobre la falta de lógica de los testigos de Jehová o su intensidad (me ha salido en plan statement total, sentenciando) le ha sorprendido y me ha dicho que le hubiera gustado ver qué habría pasado si les hubiera abierto yo la puerta.

Supongo que se imaginaba una jugosa pelea dialéctica entre Elsinora Mi no entender (Aka la Incertidumbre Postmoderna) y Testigos de Jehová (Aka Nuevas Tendencias, subsección Fanatismos varios). Seguro que hasta lo estaba visualizando, ya que a F. se le dan bien las imágenes (es diseñadora web): A la izquierda, con pijama rojo, un master y medio, dos libros publicados y x kilos, Elsinorita Ahí­ Donde la Ves, la periodista-farmacéutica de Chamberí­, a la derecha, con ropa gris de oficinista rancio, Espárrago Soso Maqueijan, Alias Sonrisa Profidén, y junto a él su compañera La Esaborí­a de Crystal Palace, también conocida como Revienta Barbacoas Divertidas.

He contestado que en cuanto hubiera sabido que eran Testigos, simplemente les habría dicho que estaba muy ocupada y que sooo sorry, hasta luego Lucas. Por experiencia sé que cualquier intento de razonar con gente que tiene un paradigma tan opuesto al tuyo y que no escucha, está abocado a no llegar a ningún lugar y a sacarte de quicio (hace años lo intenté un par de veces con gente de la Atalaya y demás y pude comprobar que carecen de la menor habilidad retórica).

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He abierto una cuenta en el Flickr con una amiga. Podéis ver nuestras fotos pinchando en la sección páginas, último enlace. Por ahora hay poquitas, pero ya iremos aumentando el álbum.

3 respuestas a «Humor sueco (II)»

  1. Ahí­ l’has dao. Control de energí­as. No se puede hacer entrar en razón a quien carece de ella, pedir peras al olmo y etc.
    No, si yo… la teoría… saber me la sé. El examen práctico en cambio lo suspendo una y otra vez.

  2. Teresa, nos pasa a muchos, no te creas, pero se puede aprender. Yo he mejorado bastante :-))

  3. Solo se me ocurre una palabra:

    Amén.

    (Es que venía a cuento, nunca mejor dicho).

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