Son las 3:20 de la mañana de un domingo (madrugada del sábado al domingo). Vengo de cenar y tomar algo con unos amigos.
La cena (ibéricos, queso, ensalada de ventresca, cervezas y vino blanco), en el Madrid castizo, nos ha costado 14 € por cabeza, y la copa, 4 (yo tomé un té de hierbabuena). El taxi desde Cibeles me ha costado menos de 10 €.
Estos últimos días de octubre están siendo fríos aunque soleados.
Si tuviera que describir mi sensación de estos primeros días en Madrid con dos adjetivos seguramente utilizaría “fácil” y “conocido“.