Sabidurí­a oriental para épocas de cambios

Salí­a de mi sesión de masaje relajante de los jueves, en Lavapiés, con mis chakras recolocados en sus meridianos y demás. Parece ser que vivo una época de cambios (regreso a España, inestabilidad laboral, carapantallismo) y eso me tensa.

Subí­a la cuesta de la calle Ave Marí­a de regreso a casa y al trabajo disfrutando de unos músculos más sueltos y flexibles cuando en un escaparate vi una camisa de lino en tonos frambuesa que me atrajo. El dueño era un indio muy amable de esos que te miran como si supieran de ti más que tú (con el matiz importante de que además lo que supiera de ti le gustara). La camisa de cuello Mao estaba bien de precio. La talla parecí­a la mí­a pero ya que tení­a tan a mano al vendedor oráculo le pregunté si me sentarí­a bien. Asintió mientras me miraba fijamente.

De nuevo en casa, me probé la camisa y vi que estaba hecha exactamente a mi medida. Antes de cortar la etiqueta, me dio por leerla. Ésta decí­a (en inglés): “Modas Bagdad, Made in Nepal. Esta prenda ha sido hecha a mano. Pueden producirse cambios de color. Por favor, considérelo un aliciente. Disfrute este producto de Modas Bagdad”.

Hagamos caso a la sabidurí­a nepalí­, entonces.

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Apuntes sobre la traducción de la etiqueta (para aquellos a quienes les interese el inglés o la traducción).

La versión original en inglés, citada literalmente, es: “This garment is Handmade. Any variation in colour may occur. Please treat this as an attraction. Enjoy this Modas Bagdad product.”.

En este contexto, “attraction” se puede traducir como “atractivo”, “aliciente” o “ventaja”. A mí­ me ha parecido que “aliciente” era el término más apropiado, por el matiz inmaterial que tiene (un aliciente es algo que motiva, pero habitualmente algo no material). “Ventaja” es una opción apropiada en términos generales pero menos redonda, porque es un término que aparece con mucha frecuencia junto a “económica” y porque aporta un matiz de competición (alguien tiene una ventaja respecto a alguien que carece de ella) que no cuadra con el espí­ritu del texto general (el artí­culo en este caso).

Para usar “atractivo” en una frase que no chirriara en español habrí­a que reformular la oración de esta forma: “Por favor, considérelo un atractivo de la prenda”. No me acaba de convencer, en todo caso.

En fin, como se ve, la traducción es algo más que copiar y pegar un texto en un cuadro de un traductor automático 🙂