Il Cavalliere ha vuelto a ganar. Se ve que Italia no consigue bajarse de esa conciencia colectiva posmoderna a la que su historia y su talante la han conducido irremisiblemente. Así que el flamboyant empresario (la CNN dixit) es ya oficialmente un (aficionado) profesional a la cosa de la corrupción de altos vuelos, con el beneplácito de la afición/electorado. No es Silvio el único aficionado profesional, por más que se quiera hacer el especial a golpe de apreciaciones “cromáticas” sobre los ministros y las ministras de Zapatero o por más que pierda el tiempo en comparar su estatura (física) con la de Sarkozy y otras figuras. Aquí va un enlace a alguna de sus propuestas tipo “pata de banco” y aquí a otra. Aquí, un link a una web que vincula a Berlusconi con La Mafia.
En un ámbito más cotidiano, todos conocemos a alguien que se considera un profesional de algo, aunque carezca de acreditación en la materia y no perciba sueldo alguno. ¿Quién no conoce a alguien que sabe más de fútbol que todos los entrenadores y jugadores de la historia, o de medicina más que todos los médicos, o de leyes más que todos los abogados?
Conocedores de este hecho, los asesores de Fernando Alonso -que parece ir recuperando posibilidades con las mejoras técnicas recientes; llamadme chorras, pero me ha dado un punto de optimismo- han lanzado una campaña para elegir a un aficionado profesional que le siga a todas las carreras y sirva de puente entre él y la afición (seguro que si yo entendiera algo de Fórmula 1 habría usado esto del puente para hacer algún bonito juego de palabras, pero sólo se me ocurre lo de “el puente hacia su jubilación” y creo que no viene al caso).
La idea de los asesores respecto a qué es un/a aficionado/a profesional sin embargo es ligeramente distinta al estereotipo del enteradillo “brasas”: debe ser alguien con capacidad de comunicación de forma bidireccional: alguien que sepa transmitir el día a día de la temporada con entusiasmo, pero que a la vez informe al piloto de lo que se comenta entre la afición. De la imagen del candidato/a no se dice nada en la convocatoria, pero estoy segura de que tendrá mucho peso, al igual que la edad. A cambio, el aficionado profesional cobrará 3000 euros brutos al mes durante la temporada, incluidas dietas.
La propuesta, que no sé si procede del representante de Alonso -que será también el de Iker Casillas en breve; el portero del Madrid es clavadito a un monitor de natación de mi piscina, por cierto-, de ING o del propio piloto, me parece una estupenda manera de relanzar la popularidad del asturiano. Además, me llama la atención el uso de las nuevas tecnologías en el proceso de selección del candidato. Para participar en la selección hay que enviar una serie de cosas, entre ellas un videocurrículum, que será colgado en Youtube. El video no es obligatorio, pero será considerado, así que almas cándidas, no seáis tímidas y mandad vuestros bonitos video-CV, a ser posible con look de Chikilicuatre, que es lo que más se lleva ahora en el ámbito de los aficionados profesionales.