Planes peregrinos

Hay que reconocer que inventiva no me falta. Mi reserva de ideas peregrinas parece inagotable. Sólo a mí se me ocurre ir precisamente el día del Orgullo Gay a comprarme unas pesas a Chueca. La ida, dentro de lo que cabe, bien, pese a tener que ir sorteando cierta marea de gente post desfile, pero la vuelta acarreando dos pesas de tres kilos entre aquel mar de personas y de vasos y botellas por el suelo fue bastante peculiar. Suerte que en el “All the colors” de Fuencarral no tenían pesas de 5 kgs como yo quería, porque hubiera muerto en el intento.
Eso sí, mis biceps están contentos con la adquisición, aunque dicen que tampoco había que correr tanto, que tanta prisa no habí­a 😉