Me gustas cuando callas

(Publico de nuevo este post de mayo de 2007, para ver si os arranco unas risas, que hoy a los que vivimos en España nos hacen mucha falta ;-( )

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, que decía Neruda.

La carta de la Oficina del Censo Electoral me considera “residente ausente” pero prefiere que no me calle, o que me calle sólo respecto al Ayuntamiento y que hable alto y claro (bueno, plano y claro, metiendo la papeleta bien dobladita en su sobre, el sobre dentro de otro sobre) sobre la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Será porque los empleados de la tal oficina no leen el blog y desconocen lo poco que se calló Elsinora con lo de Espe jode lo que somos, o porque agradecieron el buen humor y tal (si al final Espe va a ser una persona que reconoce sus errores… ¿qué errores?).

Cuento muy brevemente lo que sé del proceso de votar desde La Pérfida, porque siempre me producía curiosidad al oír decir a los locutores “a falta de los datos del voto por correo” y supongo que a muchos de vosotros también. Según la carta que me ha mandado la Oficina Electoral, al estar inscrita en la embajada de España de Londres como española residente en La Pérfida (ellos no lo llaman así­ sino Reino Unido, por no despertar susceptibilidades), figuro en el censo electoral como residente ausente y sólo puedo votar por correo (salvo que vaya a la embajada y les diga que voy a estar en Madrid dos semanas, justo coincidiendo con las elecciones, imagino). Lo que no dice por ninguna parte es qué ocurre con las elecciones municipales. Probablemente sea porque pertenecen a negociados distintos, como señala Teresa en un comentario.

La cosa es que me han hecho llegar ocho millones de papeletas color salmón, y un sobre color salmón. Tengo que elegir una papeleta entre los ocho millones (a ser posible por un método no aleatorio) y meterla en el sobre salmón. Tengo un sobre blanco en el que tengo que meter la certificación del censo en la que me dicen que soy Residente ausente (expresión que me encanta, tan contradictoria y al mismo tiempo tan cierta, como la vida misma). Es muy importante que la meta en el sobre blanco, porque si la meto en el sobre salmón me anulan el voto por daltónica precipitosa. Si meto más de una papeleta en el sobre salmón también lo anulan, esta vez por ansiosa. Si me olvido de meter la certificación en el sobre blanco también me anulan el voto, por olvidadiza, será, pero no me acuerdo. En fin menudo estrés es votar correctamente. Pues nada, eliges si votas a Madrid es Castilla, Primero Madrid, Los Verdes Verdes, Al Pan Pan y al Vino Vino, Partido Antitaurino Contra El Maltrato Animal, o mejor, para contento de Espe, al Partido Salvemos Telemadrid (sólo uno de estos nombres de partidos políticos es inventado, ¿adivinas cuál?). Doblas la papeleta y la metes en el sobre salmón (el color salmón viene siendo un color entre anaranjado y rosa, por cierto, como las páginas de economía de los periódicos).

Una vez hecho esto, metes el sobre salmón en el sobre blanco, junto con la certificación censal y la solicitud del reintegro del importe del franqueo, que es un papelito en el que tú declaras que has gastado tal cantidad en tal moneda para enviarlo certificado y ellos en teoría se lo creen y te lo pagan en cash, entiendo, porque dice que te lo remitirá la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos. Cierras el sobre y rellenas el remite con claridad y lo mandas por correo certificado no más tarde del 26 de mayo. También te dan la opción de entregar el sobre en la oficina consular no más tarde del 20 de mayo, previa acreditación de tu misma mismidad mediante tu pasaporte o DNI. Para que tu voto sea válido, lo mandes por correo o lo lleves en persona a la embajada, la fecha del matasellos o del sello oficial debe mostrar una fecha que se ajuste a los plazos.

Conclusión: mandaré mi voto para la Asamblea por correo certificado desde España, a ver si me lo admiten y muy probablemente no pueda votar en las municipales, a no ser que me llegue la carta el lunes o martes. Con el agobio que tengo de cosas pendientes lo que me faltaba era estar pendiente de si llega la carta o no, pero en fin, Pilarín, ahora que ya me he aprendido el protocolo y el código de colores quiero ir a por todas. Todo a salmón y par, señor crupier.