Se busca buzón

Aquel día tocaba la misteriosa cosa llamada “leaflets”. Yo no tenía demasiada gana de dedicarme a aquello, y además eso de “haz el training”, “no lo hagas”, “reparte folletos”, “ven mañana” o “vuelve pasado” era molesto y señal de que algo no iba bien. Pero entendí que era una especie de paso previo que los aspirantes a cualquier puesto en Pizza Pianeta tenían que recorrer. O sea que el verdadero training no era el training, sino los folletos. Pero los folletos los pagaban, por no mencionar el punto literario que encerraba la cosa.
El equipo de carteros comerciales se suelen juntar en la zona de la cocina. En una de las paredes hay un inmenso plano del sureste de Londres, sobre el que se han resaltado en diversos colores fosforescentes diferentes itinerarios que parten de la pizzería. Te dan medio kilo de folletos, que pesan sobre la propia mesa con una balanza con libras y gramos, una mochila, y una zona que debes cubrir en unas dos o tres horas, ida y vuelta. Te proporcionan una fotocopia más o menos destrozada de tu zona correspondiente o si el recorrido es sencillo simplemente te lo explican. A veces lo harás andando y a veces recurriendo al bus, pero el billete en este caso corre de tu cuenta. Te pagan 15 libras (algo más de 22 euros) por la distribución de un total de 400, que son los que al parecer caben en medio kilo. Te dicen que tardarás dos o tres horas, pero sospecho que los itinerarios y el volumen de folletos están pensados para tres horas o más. Existen pequeños trucos para acabar antes, que por supuesto nadie te explica. Es un trabajo realmente duro porque tienes que caminar muy deprisa, subir y bajar escaleras y además la horizontalidad del urbanismo de Londres no ayuda (mucha casa baja, mucho jardín y mucho parque: pocos buzones por metro cuadrado). Si no te das prisa, podrías tardar el doble y entonces no sería rentable en absoluto.
Cuando hay campaña, se buzonea cuatro días por semana, diversificando zonas. Yo hubiera agradecido mucho que me informaran de que sólo se reparte cuatro días y qué días son. Me habría ahorrado unos cuantos viajes en balde. Pero se ve que era información privilegiada al alcance de pocos, por pura desorganización más que otra cosa.
El método está medianamente bien concebido: se anota sobre el mapa grande la fecha última en que se hizo y se hacen repeticiones según una pauta temporal determinada. Lo que ocurre es que como el dueño se escaquea con frecuencia, a veces decide el itinerario el afgano o el iraní “de confianza”, persona que no sabe nada sobre campañas de publicidad, poco sobre el callejero de Londres y muy poco inglés. En mi casa había visto folletos de Pizza Pianeta, pero es lógico porque vivo a 20 minutos andando.

Continuará en El buzoneo ¿es medicina o es golosina?