Reportando desde La Pérfida

Llevo algunos dí­as queriendo escribir sobre algunas noticias de la Pérfida. Lo pospongo porque me faltan datos y perspectiva y ando mal de tiempo para documentarme bien (como periodista conservo un cierto prurito profesional). Pero dado que el mío no es un blog polí­tico y que las noticias no van a estar esperando hasta que yo tenga tiempo para investigar a fondo (son así­ de peculiares ellas), he decidido que daré una visión general sobre algunos puntos.

La primera noticia es sobre que la reina de Inglaterra ha aprendido a mandar e-mails. Parece que para comunicarse con sus nietos. Me parece estupendo. Espero que no se dediquen a comentarse lo indignados que están por el reportaje de Channel 4 sobre las últimas horas de Diana, programa que no vi por cierto, porque me pilló aún en España. De lo que es probable que también hablen por correo electrónico es sobre las carreras de Ascot. Hoy mientras comía puse la tele (BBC1 creo que era), y ahí­ estaban los sombreros y las carrozas y la reina, y el duque de Edimburgo, sesenta años de matrimonio cumplirán en noviembre ha dicho la locutora y luego que si se llevaba el negro y el blanco y que si la infraestructura de Ascot supone contratar a no sé cuántas mil mujeres, que el 90% del personal es femenino (muy glamuroso según los locutores, pero en fin) y que si en la primera carroza viene tal magnate, que si la cifra de apuestas, aquí­ llega la sexta fortuna de Canadá. Contaron también la historia de las carreras en cuestión y parece que fue petición de una reina llamada… ¡Clink!, el timbre del microondas anuncia que mis Lentejas a la Riojana de Litoral están listas, así­ que la reina en cuestión queda rebautizada como ¡Clink!

Originalmente el recorrido era mucho menor, eso sí­ lo oí­, incluso oí­ la longitud, pero la verdad es que no me acuerdo ni tampoco me interesa lo suficiente como para investigar. La mayor parte de los que estaban en Ascot hoy jueves (unas 8000 personas, decí­a el locutor) estuvieron también el domingo en Saint James/Green Park, si bien vestidos de otra manera. Celebraban con mucha solemnidad el 25 aniversario del conflicto de las Malvinas, que allí­ llaman Falklands y cuyo caso enfocan de manera distinta a como se suele ver en España. Este enlace cuenta el conflicto desde el punto de vista británico y en este artículo se cuenta que los expertos en derecho internacional tienen claro que tanto las Malvinas, como Gibraltar y demás acabarán siendo devueltas a sus dueños. Aquí­ un enlace del Guardian sobre los efectos de la guerra en los veteranos argentinos

La cuestión es que el domingo hubo un desfile solemne de los soldados de entonces, con 25 años más, y muchos kilos más encima y algunos sin brazos o sin alguna pierna (información complementaria sobre la ceremonia en sí­, en inglés, aquí­). Familias y veteranos iban muy trajeados, algunos de ellos incluso llorando y la voz del locutor de la BBC que a diario parece muy profesional y tirando a objetivo parecí­a esta vez el Grisom de CSI pillado fuera de horas de servicio en la cama con la escuchimizada que le tira los tejos y con un par de cucarachas en la almohada. Me irritó mucho el tufo colonial y prepotente de toda la escena, el detalle con el que narraba cada movimiento, ese punto tan de vergüenza ajena que tiene todo nacionalismo belicista, pero por otra parte me parece que esta costumbre británica de celebrar a sus caí­dos tiene su punto de coherencia: si les mandamos a defender nuestra idea de Nación, de Estado, de extensión territorial, justo es que les demostremos gratitud por hacer eso que les hemos pedido que hagan, se dicen ellos.

El Remembrance Day (el segundo domingo de noviembre, dí­a en el que se reconoce a los soldados caí­dos en las dos guerras mundiales y es costumbre lucir una amapola en la solapa; más información sobre esto aquí­ ), también conocido como el dí­a del Armisticio, va por ese lado también.

El homenaje resulta congruente a nivel institucional , otra cosa es que uno a nivel personal no comulgue con esa idea de Nación, Estado, extensión territorial, el fin justifica los medios etc etc. Yo no comulgo con estas ideas, pero está claro que mi estatus como ciudadana española se beneficia o es resultado de la actividad del ejército español. El nivel de vida y los privilegios del primer mundo no vienen del éter, como todos sabemos, pero en fin, no me quiero desviar mucho porque el tema es demasiado complejo.

La sensación es que Inglaterra en general apoya a sus militares y sus acciones. Que incluso está orgullosa de ellos. Basta pasearse por los parques o las iglesias de Londres y de cualquier punto de Inglaterra para encontrar las placas sobre los caídos en tal guerra más o menos colonial, más o menos carnicera. La crisis con Irán por los marinos hallados en aguas iraní­es fue un duro golpe para el militarismo británico. El hecho de que los marinos secuestrados vendieran exclusivas a la prensa amarilla y tuvieran un comportamiento más humano que militar durante el cautiverio resultó difí­cil de asumir. El anuncio de la liberación produjo alivio inmediato pero fue en circunstancias tan extrañas que resultó evidente que habí­a una contrapartida por parte de Downing Street.

Y creo que lo voy a dejar aquí­, porque tengo un cuento a medias que debo entregar esta noche. Dejo en el tintero lo de los precios de la vivienda en Inglaterra (están tan caros que ni en las cárceles hay sitio ya ;-))) y lo de la rivalidad Hamilton/Alonso (sobre la que ha hablado Sirventés aquí­) en MacLaren.

Lo que no quiero dejarme en el tintero es que el lunes espero amanecer con un montón de felicitaciones (ví­a blog o vía e-mail) porque es mi cumpleaños. Imagino que la reina de Inglaterra no me felicitará por e-mail, porque aún no conoce mi blog. A ver si sus nietos le explican esto de los websites y las bitácoras y demás. Aunque no sé, a lo mejor el tí­tulo de mi blog no la predispone muy favorablemente. ¿Vosotros qué creéis?

13 respuestas a «Reportando desde La Pérfida»

  1. No te veo muy puesta en las pijo-carreras de caballos. Se llama Ascot. Yo estuve ahí­ el año pasado (iba a escribir un post pero se quedó en el tintero) y te aseguro que el desfile de sombreros de plumas y sombreros de copa aliñados con copas Champagne es delirante.
    Hoy he tenido una discusión amigable con dos compañeras y he sido acusado de odiar a los ricos y a la gente elegante porque encuentro toda esta parafernalia ridí­cula (sobretodo las plumas). Todo eso es al glamur como las pelucas blancas de los lords a la seriedad.

    Nada, a ver si encontramos a la Reina en una sala de chat…

  2. Gracias por el apunte, Sirventés. No estoy nada puesta en estas cosas de la nata y crema (me aburren bastante) pero el nombre lo sabía perfectamente (estuve leyendo sobre el tema además anoche en el Evening Standard). Lo de llamar Aston a Ascot (¡y dos veces!) ha sido un lapsus (¿estarí­a pensando en coches y no en caballos?) o que mi casera me ha contagiado la dislexia. Lo corrijo pero dejo la explicación para que se entienda el comentario de Sirventés.
    En esto de que a uno le guste una determinada parafernalia o no hay factores diversos. Está el cultural, según el cual un inglés estarí­a muy predispuesto a encontrar glamuroso el desfile de sombreros con plumas, flores y demás y un español no (es España el cachondeíto en los medios por estas fechas es tradicional al hilo de los sombreros de Aston/Ascot). Pero luego hay muchos otros, porque a mí­ por ejemplo ciertas parafernalias españolas tampoco me gustan. Pero, vamos, de ahí­ a odiar tal o cual colectivo…

  3. Elsinora, acabo de imprimirme tus ocho últimos artí­culos, para leérmelos con calma este finde. Qué prolífica eres, chica, no hay quien te siga el paso. Pero no te escaparás, no te preocupes. Un beso.

  4. Sí, yo es que soy mujer de pocas palabras y además me gusta hacerme esperar ;-)). La opción de imprimir y leer en ratos libres es muy aconsejable.
    Besos,
    E.

  5. Hola querida Elsinora…
    Ahora que ya aprendi a enviar mails, te mando una felicitación adelantada, ya que mis compromisos reales me impiden entrar a la real computadora el lunes.

    La Reynita

  6. Su Alteza:
    Qué honor. Sed bienvenida a mi humilde bitácora. Agradezco su detalle. Me tomaré un par de tés a su salud el lunes y chatearé con sus nietos.
    Atentamente,
    Lady Elsinora, del castillo de Elsinor.

  7. Majestad, Elsi, Majestad. La señora esta que te felicita es Majestad. Que no damos hecho bueno de ti en las cosas de la alcurnia…
    Qué estupendos artículos, y qué apetecible sigue siendo pasarse por tu casa (un cuartito de hora, eso sí).
    Muchos besos, y felices dos últimos días de tu juventud (yo la terminé mucho antes, pero ahora se empeñan en llamar joven a la gente hasta los 35, ¡manda carallo!, resultando así­ que la mayor parte de la vida, uno es joven; porque por el mismo artí­culo te nombran anciano a los 65).

  8. Sí­ y no, Teresa. Yo habí­a empezado mi contestación con Majestad (por aquí la llaman Her Majesty), pero luego reparé en que firma La Reynita, así­ que pensé que su “nick” o su guiño a los nuevos tiempos debí­a ser correspondido en el tratamiento (o será que la reina ha estado últimamente por México y se le ha pegado un poco la lengua de allá­ ;-)))
    De todas formas, es cierto que de protocolo real ni idea, así­ que aprovecho que parece que tú sí­ para que me digas cómo debe uno referirse al rey, a la reina y a las infantas en una carta, por ejemplo.
    Y bueno lo de las etiquetas de ese tipo me dan más bien igual, lo único por los concursos literarios… que ya no podré participar en muchos de ellos.
    Ah, y me alegro de que te guste el blog.

  9. ESTO DEBES DE LEERLO EN CUALQUIER MOMENTO A PARTIR DE LAS 00:00 HORAS DEL LUNES

    Felicidades Guapa. Muchas Japis Verdeis y que cumplas muchas más.
    P.D. te adelanto la felicitación porque mañana me voy de vacaciones y no voy a estar conectada en tu día. Muchos biquiños

  10. Felicidades, Reina mía. Recién estrenadito (en London) el dí­a de tu cumple, te mando miles de besos.
    En cuanto a como uno ha de dirigirse a la realeza esa que dices por carta… “francamente, querida, me importa un bledo”. No pienso escribirles jamás, porque me consta que yo a ellos les importo medio bledo. Se que aquí­ rey y reina son majestades, los hijos prí­ncipes y las hijas infantas. A menos que una de ellas sea la heredera, en cuyo caso serí­a princesa (de Asturias, más concretamente). Y que al rey, si te lo encuentras en la intimidad (relativa, ¿eh? En la otra no me meto, ahí­ ya no reza el protocolo) puedes llamarlo Señor. Ahí­ terminan mis conocimientos, y ya son excesivos pa’lo que me sirven. Pero tú tranqui, que cuando me encuentre a Peñafiel por ahí­ ya le pregunto y te lo cuento. Muchos besos, y que pases un dí­a espectacular.

  11. Gracias a todos por las felicitaciones. La crónica de mi celebración el propio lunes ya está subida. Habrá más fiesta el sábado.

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