Primera clonica pelpleja desde Beijin

Escribo a toda prisa, antes de que nos vayamos a la ceremonia de apertura, solo para contar ademas de que no tengo acentos en el teclado desde el que escribo en el hotel que llegamos bien, y que andamos en un nivel razonable de perplejidad, y subiendo.

Hoy es dia ocho del mes ocho del agno dos mil ocho. Los juegos se inauguran a las ocho. Tanto ocho obedece a que es el numero de la suerte para los chinos.

Se ve que yo tiro mas a europea, porque despues de comer en un bonito restaurante vietnamita-portugues cerca de un lago, superada la prueba de los platos interminables chinos sin aparente merma en mi sistema digestivo (ayer fue peor, ya lo contare si puedo) y a diez metros del bus que nos iba a recoger, una fuerza irrestible me ha atraido hacia suelo y he aterrizado de rodillas.

Quiero creer que poca gente me ha visto caer desde el bus, pero no podria asegurarlo. La cosa es que tengo dos bonitas rodillas moradas (iba en pantalones cortos) y he sido protagonista del bus por cinco minutos. El morado es porque aqui no usan mercromina ni betadine sino algo morado.
Y poco mas, ahora a eso de las cuatro nos vamos para la zona olimpica. La ceremonia de apertura durara de 6 a 12 de la noche. Y seguro que es muy chula.

Vitaminense y mineralicense, y sobre todo apartense de las irregularidades de las aceras, que tienen dos rodillas de las que preocuparse.

[La ausencia de acentos y de la egne es por el teclado del hotel; si hubiera tenido mas tiempo habria buscado en Google los comandos…]