Post vegetal

Un post vegetal y cortito hoy para desengrasar tras los “excesos” de carne (meaty es la expresión que utilizan los ingleses para los textos con “chicha”) de los anteriores.

Aquí sigue la justicia climática: veinticinco grados tenemos en las horas de más calor. Los suburbios de Londres están estupendos (barbacoas, césped, vida familiar y placeres sencillos). Lo sé porque aunque sigo en modo carapantalla esa vida está al otro lado de mi ventana. A la hora de comer he salido con mi bandejita para sentarme al sol. He comido feria de restos, como dice mi padre: una pechuga de pavo al horno guisada con cilantro, lemon grass, limón y ajo picadito con arroz Basmati integral, mezclada con unos ravioli cuatro quesos, zanahoria rallada, rúcula y espinaca cruda troceada. Como la mezcla ésta de su padre y de su madre, improvisada para la ocasión, resultaba pelín insípida, le he añadido salsa de soja. El conjunto no ha ganado mucho en sabor pero algo en color para ponerse a juego con el día de playa que teníamos. No aconsejo esta cosa, que se deja comer y es equilibrada pero no sabe a nada en especial. Eso sí la verdura era fresca y recién preparada, con lo cual acaba siendo saludable. Y la zanahoria me ayudará a pasar del blanco leche al blanco vainilla con estos breves baños de sol que me doy, o eso espero.

Ayer salí por la noche por el centro, así que sé que hay vida más allá de mi jardín y de los suburbios del South East London. Londres es una ciudad apabullante salvo que estés inmunizado por exposición continua. Yo llevaba tiempo sin ir a Central London y ha sido llegar a Charing Cross y notar cómo mis anticuerpos se movilizaban para repeler la agresión que supone estar en un hormiguero de personas, ruidos y estímulos. Mi hormiguero interno pugnaba por imponerse al externo en medio del inmenso hall de la estación poblado por gente con prisa de todas las razas, pantallas y la megafonía anunciando trenes que alguien está a punto de perder. Una vez en Trafalgar Square no puedes dar un paso sin toparte con hordas de turistas franceses e italianos y algunos españoles. La zona del río sin embargo es estupenda y espectacular a cualquier hora. Al rato de pasear por el centro tus sentidos se acostumbran a la hiperestimulación y te relajas, además de que tu instinto de conservación te haya hecho poner rumbo a zonas más tranquilas.

Al regresar por la noche, la justicia climática ajustó el termostato al modo noche: hacía el frío suficiente para que a eso de la medianoche recogerse fuera la opción más apetecible, pero no un frío excesivo. Va a ser verdad que un@ se acaba aficionando al “crispy weather” (el fresquito como algo estimulante), por más frioler@ que se sea.

9 respuestas a «Post vegetal»

  1. Crispy weather forever! Aquí, en Galicia, estamos empezando a olvidarnos de lo que es, y a mí me encanta. De buena gana te hubiese acompañado en ese paseíto. Cachis…

  2. Es curioso lo del “crispy weather”, en realidad es un poco intraducible, es un fresquito con una carga de fresco que espabila ¿no?
    Lo gracioso es que yo soy tirando a friolera, pero le he encontrado el punto a ese frío terso que te incita a caminar deprisa.
    Pero no me puedo creer que en Galicia no lo tengáis aunque viendo lo calurosos que se han vuelto los veranos en la Pérfida uno se cree cualquier cosa.
    Nos estamos cargando el planeta… snif snif.

  3. Totalmente de acuerdo con la definición del “crispy weather” y, efectivamente, sí incita a caminar deprisa. Mira qué casualidad. Acabo de llegar ahora mismo de dar mi paseo matinal. Me encontré con un conocido y me quejé de que ya teníamos sol y calor a las ocho y media de la mañana. Al preguntarme él por qué no me gustaba, le respondí más o menos lo que acabas de decir tú, que a mí me gustaba el fresquete matinal, ese que espabila e incita a caminar deprisa. De acuerdo también contigo en que nos estamos cargando el planeta; aquí, desde luego, se nota claramente. Vamos, Elsinora, que te leo y parece que me leo a mí misma.

  4. A mi me sigue gustando entrar en el hormiguero de gente. No se porque pero me gustan las multitudes aunque coincido plenanmete con el paseito por el río, el Queen’s Walk es de mis recorridos favoritos por Londres. 🙂

  5. María, creo que un rasgo importante del crispy weather es la humedad (por eso, en Madrid, aunque haga frío es difícil encontrar ese punto). Y claro los gallegos sois primos de los de La Pérfida, así que es normal que mi inglesización te resulte familiar jajaja.

    Ignacio: cuando voy mucho al centro se me olvida el hormiguero, ni siquiera me doy cuenta, pero de ahí a que me guste… ¿Tu estás seguro de que no eres un oso hormiguero? jajaja. Si paso tiempo sin ir al centro las multitudes me agobian. Y sí, el río tiene algo especial.

  6. No sé, no me imagino el centro sin gente, sin los cuatrocientos mimos y la cara de los turistas haciendo más fotos que yo, o las familias paseando tranquilamente con los nenes o la gente torrandose al sol, los pubs con gente fuera, la mezcla de voces, de idiomas. Va a ser que sere hormiguero hormiguero. 🙂 No llego al punto en que se vuelve impracticable peeeeero me gusta el barullito. 🙂

  7. Si me lo presentas asi, me da ganas de correr a sacarme la One Day Travel Card ahora mismo y dejar colgado el curro que estoy haciendo. Se ve que eres un oso hormiguero zalamero y con dotes para la publicidad, jajaja. No en serio, Londres tiene mucha vida, pero las maxiestaciones de tren en horas punta tras pasar mucho tiempo recluida en un espacio tranquilo aturden un poco, al menos a mi.
    Saludos,
    Elsinora.

  8. Si bueno, en lo del metro y los efluvios de los viajeros estamos de acuerdo… Pero quitando el tiempo que pasas aguantando la respiración desde que entras y sales del metro… lo demás va bien!!! jajajaja

    Saludos!

  9. Pingback: Jacob

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