Curvas Bézier, mindfulness y anacolutos

Dicen los orientales que la atención y la intención lo rigen todo y que sabiéndolas gestionar se puede conseguir cualquier cosa. Así que me siento, abro el ordenador, cojo cuaderno y boli y me dispongo a centrar mi atención en la clase con toda mi intención puesta en ello. Enfoco al profesor y a la pantalla del proyector como si no hubiera mañana. Todo a rojo y par y que se acabe el mundo.

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Elsinora contra los malvados anacolutos I

Hoy mi perplejidad ha vuelto a niveles de cuando vivía en la Pérfida, así que ahí va esta crónica perpleja desde la ardiente piel de toro.

Hace unos meses empecé un curso bastante peculiar. Tiene que ver con el mundo del diseño y las artes gráficas y me ha permitido conocer la existencia de muchas cosas que desconocía y sobre todo, me ha puesto en contacto con unos seres extraños llamados anacolutos.

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Terror en el hipermercado

Ayer tuve una visión. De las terroríficas. Eran dos esferas enormes, blancas, que me miraban fijamente desde el otro lado del espejo. Era por la tarde y yo estaba girada en el vestuario del gimnasio.

Y sí, tu deducción es acertada, las esferas estaban acopladas en el lugar en el que la espalda pierde su noble nombre y empieza a llamarse “qué he hecho yo para merecer esto”.

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Gran Hermano no VIP

Una amiga que acaba de leer “1984”, la novela de George Orwell en la que se habla por primera vez de Gran Hermano (Big Brother) me ha estado hablando del Ministerio de la Verdad y otras instituciones mencionadas en el libro y de su relación con espacios reales en Londres.

Y eso me ha recordado las tardes que pasaba estudiando en Senate House, que es donde Orwell ubicó en su novela el Ministerio de la Verdad, inspirándose al parecer en que el edificio albergó el Ministerio de la Información durante la Segunda Guerra Mundial. Aquí os dejo enlace a un post sobre ello Biblioteca de Babel en el corazón de Londres

Cuidadín con las pantallas… porque el Gran Hermano vigila…