Las edades del hombre de libros

El impulso de buscar ideas frescas o personas con enfoques no contaminados por un entorno “cultureta” o académico es más o menos común: el cliché del buen salvaje revisitado. De manera que no soy original ahora ni lo he sido en el pasado al preguntarme cómo se verán los libros y ciertos aspectos de la cultura desde fuera de mi círculo. Original o no, es una pregunta recurrente. Supongo que en parte por eso he venido a UK. No fue sólo una cuestión de que los años hubieran empezado a parecerse demasiado unos a otros ni de que siempre me hubiera atraído la idea de estudiar y vivir fuera. También había un deseo de abrir la ventana, más aún de salir al exterior y contemplar no sólo qué pasaba allí sino cómo se veía el interior desde fuera. El aire se acaba enrareciendo cuando uno pasa demasiado tiempo en un lugar cerrado. Por otra parte, irme fuera me convertía en un buen salvaje, alguien que ve con ojos limpios algo que no conoce. Alguien sin demasiadas credenciales desde el punto de vista del nuevo entorno (cosa relativamente inexacta: gran parte de tu pasado es igualmente reconocible fuera: tendrías que ver el éxito que tenía yo en determinadas fiestas desde el momento en que decía que soy escritora) pero con curiosidad a raudales.
Creo que los objetivos de aire fresco y el mojón en la memoria los he conseguido. Sé que tras mi experiencia en Londres, más allá de que regrese con “asignaturas” pendientes (algunas de las cuales puedo aprobar en el tiempo que me queda aquí) me resultará mucho más fácil datar las experiencias y los recuerdos: eso fue antes de Londres, eso fue nada más volver de Londres… y por otra parte la aventura me permitirá saber más fácilmente qué quiero hacer, con quién quiero estar, hacia dónde me gustaría caminar. O al menos sus contrarios: qué no quiero hacer, con quién no quiero estar… etc.
Y respecto al elogio del buen salvaje, a la posibilidad de una inteligencia natural no contaminada por la sociedad, he llegado a la conclusión de que es un mito. Pero vayamos por partes. Procedo de…
(Continuará)