La tesis de Vincenzo Andolini

He tenido un fin de semana cargado de experiencias. El viernes leyó la tesis mi hermano en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. La presentación y el evento resultaron muy bien a pesar de los esfuerzos de los responsables del mantenimiento del Salón de Grados por ponernos la acústica y la iluminación en contra.

Tanto la tesis en sí -sobre la relación entre el tamaño de las obras de arte y el de sus espectadores- como el acto académico darían para una larga entrada monográfica, en la que se compararían los distintos criterios que se aplican a la investigación académica en Humanidades en España y La Pérfida, porque estoy segura de que lo que aquí se llevó un sobresaliente cum laude (muy merecido) en Londres habría desconcertado completamente al tribunal. Si en una de las universidades teóricamente más abiertas de Reino Unido, mis essay sobre literatura comparada se consideraban libérrimos y a mí se me calificaba de “idiosincrásica” por aplicar la teoría postcolonial a la propia figura del autor de la tesina, con el texto de mi hermano los sofocos se habrían generalizado y el ¿algún doctor en la sala? habría saltado de inmediato, con el consiguiente desconcierto al alzarse un puñado de voces de Doctores en diversas carreras.

Por otra parte, el teórico pannel londinense (o anglosajón en general) habría valorado muy positivamente el despliegue de fotos, el uso de recursos comparativos visuales (comparativa de escalas entre cuadros) y el completo sistema de citas y la bibliografía. Pero claro, todo es una hipótesis virtual, ya que una tesis como aquella difícilmente habría tenido lugar, ya que el director o directora habría tratado de disuadir al doctorando al principio de los ocho años de gestación. Cualquier cosa antes que ser estigmatizad@ como “idiosincrásico”.

Diríase que a los estudiosos del ámbito anglosajón les está vetado considerarse ellos mismos hasta que adquieren cierta notoriedad como es el caso de Harold Bloom y otros muchos. No es que yo defienda una investigación centrada en el ombligo de su autor, sino más bien al contrario, mi idea es que en territorios como las artes, la traducción o la literatura, el juicio del investigador a la hora de establecer comparaciones o valorar está inevitablemente unido a su origen, su formación y sus referentes, de manera tal que la mera honestidad exige que estos rasgos se introduzcan en la explicación de los propósitos y la metodología empleada, brindándole al lector la oportunidad de ver los resultados a la luz de esos condicionamientos.

La investigación científica aspira a obtener conclusiones universalmente aplicables, que dejen al margen el lado personal de un investigador, es decir el hombre o la mujer que está detrás de la investigación (su biografía, su background personal, su formación). Los anglosajones creen que ocultar bajo la alfombra el lado personal del investigador resuelve el problema, mientras que en las Humanidades del ámbito español o latino la tradición permite una mayor permeabilidad respecto al lado “humano”, interpretativo, o literario del autor de la tesis doctoral y de este modo también deja las puertas abiertas a una postura más transparente y más honesta por parte del investigador autocrítico, pero al mismo tiempo da cabida también a ciertos enfoques personalistas poco fundamentados.

Es un tema complejo, que quizá no se pueda explicar tan brevemente, pero en fin, me resulta curioso ver las diferencias de enfoque del ensayo y la investigación en los países de tradición latina respecto a los del modelo anglosajón.

© 2020-2005; Elsinora Bonasera.

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2 respuestas a «La tesis de Vincenzo Andolini»

  1. Interesante observación. De hecho, habrí­a que comparar también la tradición académica española en humanidades y ciencias sociales, y en ciencias naturales y tecnología. Sin ánimo de extenderme, creo que, en el segundo caso, se está más cerca de ese modelo anglosajón.

    Pero da para muchísimo más el tema. Y prometo extenderme… si me dan tiempo. 😉

  2. El tema es muy interesante. Y coincido en que en algunos campos las similitudes son mayores.

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