HP 7: La Harrypottermanía continúa

Este post va dedicado a Ucha Mier.

Aunque no soy fan de las historias de J. K. Rowlins, como escritora, lectora, editora y traductora en ciernes el fenómeno Harry Potter me interesa. El lanzamiento del último volumen de la saga el pasado 21 de julio fue seguido con fervor por miles de lectores en todo el mundo. Ese dí­a yo estaba en Madrid, así­ que me limité a ver lo que se comentaba en la televisión sobre las colas en las librerí­as de Reino Unido, la gente disfrazada de personajes de la Escuela de magos y también las escenas sobre la Casa del Libro de Madrid, así­ como lo que comentaba un portavoz de Scholastic, la editora norteamericana, en medio de una librerí­a de la cadena Borders que estaba hasta el í­dem de aficionados de todas las edades.

Después he leí­do que una lectora cincuentona norteamericana ostenta el record de lectura rápida (600 páginas en menos de una hora; la noticia de la agencia tení­a una errata, decí­a 47 segundos en lugar de minutos, errata que se reproducí­a en un montón de webs que se habí­an limitado a reproducir la noticia tal cual; a lo mejor es que se creen que los lectores son tan magos como el protagonista), aunque supongo que la tal señora lo que hizo fue practicar una lectura en diagonal, técnica completamente fuera de lugar para algo así­, ya que le quita todo el placer al proceso de lectura, pero en fin.

La cuestión es que volviendo a Londres el dí­a 25, tanto en el avión como en el tren coincidí­ con personas que iban leyendo la última entrega de Harry Potter en inglés. La primera era un ejecutivo cuarentón español, que viajaba con un compañero de trabajo inglés al que ignoró durante la mayor parte del trayecto. Y la segunda una veinteañera inglesa con un aire a Paulina Rubio, instalada en la mesita del tren que cogí­ en Gatwick.

La traducción al español de “Harry Potter and the Deathly Hallows” saldrá a finales de año o principios del 2008, porque la autora se ha negado a que los traductores tengan el original antes de su publicación para evitar filtraciones (en el volumen anterior se filtró la portada a la prensa: apareció en el periódico gratuito “20 minutos”; en otros paí­ses ha habido filtraciones diversas). Al saberlo muchos fans españoles e hispanos han puesto el grito en el cielo, porque les parece injusto e incomprensible enterarse de si Harry Potter muere o no al final después de que millones de personas que hablan inglés lo sepan.

Hay varias soluciones. La primera, leérselo en inglés, como van a hacer 220.000 alemanes. La segunda, respirar hondo con el diafragma varias veces seguidas y seguir viviendo como si tal cosa. Y la tercera, aprovechar la corriente DIY (hágalo usted mismo, en sus iniciales en inglés) de algunos aficionados y las ventajas de las nuevas tecnologí­as y pinchar aquí­, donde un grupo de lectores españoles ha colgado a toda prisa sus traducciones “caseras” (la página web tiene un error gramatical en la misma cabecera: se dice “traducir al español” no “en español”; la web es útil y bienintencionada pero harí­a bien en revisar estos detalles).

No es la primera vez que las traducciones piratas se adelantan a las oficiales, ya que en un volumen anterior una web argentina publicó también una traducción gratuita. Lo mismo ocurrió en China, donde se colgaron varias versiones (la noticia no especificaba si cada una era para una variedad del chino). Al parecer ni el agente literario Little ni la propia Rowlings quisieron emprender medida ninguna contra estas versiones piratas.

La valoración de Salamandra, la editorial española que tiene los derechos para el área hispana, es que las traducciones no autorizadas no les iban a quitar lectores, ya que se trata de versiones de baja calidad, hechas por personas sin conocimientos de traducción y poco cuidado por el detalle, mientras que las traductoras oficiales (en entregas anteriores se recurrió a tres traductoras: Gemma Rovira para España; Marí­a José Rodrí­guez Murguiondo para el Cono sur y Myriam Rudoy para México y EEUU) hacen un trabajo muy cuidado y conocen la saga hasta el mí­nimo detalle.

Los responsables de la editorial (Pedro del Carril, concretamente) aseguran que no inician gestiones legales porque las traducciones piratas las hacen fans de Harry Potter con buena intención y sin ánimo de lucro, pero que esta moda de las traducciones apócrifas en la Red no les pone contentos exactamente.

La iniciativa de traducir colectivamente un libro de 600 páginas me ha dejado bastante sorprendida. Se inscribe en un fenómeno creciente que se ha dado en llamar “crowdsourcing” (según leo en el blog de Enrique Dans) y me parece interesante, siquiera sólo por el contraste que ofrece respecto a la traducción y la edición tradicionales.

Dicho brevemente, consiste en que un grupo de traductores aficionados (en realidad lectores con un cierto nivel de inglés) se ventilan en tres dí­as lo que a la traductora profesional le llevará unos seis u ocho meses. (En entregas anteriores de la saga, Salamandra, la editorial con los derechos para el área hispana, ha contratado a tres traductoras, todas mujeres: una para España, una para América del Sur y otra para la versión de México y EEUU).

Estos traductores amateur no firman con su nombre, no cobran, no son responsables de las inexactitudes en las que puedan incurrir. Y por supuesto nadie revisa que las transiciones entre el estilo de un capí­tulo y otro sean suaves o que haya incongruencias entre ellas. Lo fundamental es que el lector pueda seguir la trama y eso parece cumplirse.

Yo me he limitado a ojear el principio y la traducción tiene el nivel que se puede esperar en estas circunstancias: además de contener erratas varias conserva en inglés frases que el traductor amateur no sabí­a cómo traducir, de manera que la lectura acaba siendo una experiencia cercana a la vida de un chicano en EEUU (o de una española en Inglaterra, si a eso vamos), con saltos de idioma aquí­ y allá. La literatura de “autoservicio” (help yourself) es más barata y rápida que la de “restaurante”, pero tiene estos inconvenientes (además de ser ilegal). Seguro que la traducción profesional es mucho mejor, porque traducir no es pasar única de una lengua a otra sino de una cultura a otra y además ser capaz de reproducir el efecto que el original produce en el lector de la cultura fuente en la cultura de destino no es fácil.

A todo esto, Ediciones Salamandra se limita a explicar en su web que llegado el momento informará de cuándo está disponible la traducción (lo del final de año o principios de 2008 se menciona en notas de prensa). De hecho ni siquiera cuenta que el 21 de julio se comercializó la versión inglesa, sino que publica la noticia previa de que J. K. Rowlings está escribiendo el último volumen de la saga H.P. Eso sí­, la editorial barcelonesa ha construido una web sobre Harry Potter y su mundo, enfocada al público infantil, muy vistosa.

El interés por la ecologí­a de la autora y el carácter masivo de sus libros ha hecho que desde hace un par de entregas muchos grupos ecologistas hayan presionado a las editoriales para que utilicen papel reciclado o respetuoso con el medio ambiente (especialmente con los bosques primarios). De hecho, el último libro incluye un gráfico/ilustración sobre los recursos naturales que se han ahorrado al publicar el libro en formato ecológico (más información sobre la ecoauditorí­a aquí­; y aquí ­Greenpeace. Parece que Harry James Potter tiene poderes mágicos, al menos en el terreno de la magia verde.

Como el tema es jugoso y amplio, dejo aquí algunos enlaces por si alguien quiere profundizar:

-Para analizar las raí­ces del fenómeno Harry Potter pincha aquí­.
-Información sobre el lanzamiento de “Harry Potter y la Orden del Fénix” aquí­.
-Información sobre las dudas iniciales de la editora de Salamandra para aceptar el primer manuscrito de Harry Potter aquí­.
-Otra web para fans de Harry Potter aquí­.

4 respuestas a «HP 7: La Harrypottermanía continúa»

  1. Da gusto como buceas en las cosas, desde luego no te quedas en la superficie, y desde el fondo tu nos enseñas cosas interesantes, curiosas, prácticas, apañás, …Están realmente tan concienciados los ingleses por el medio ambiente como parece? Un beso hermosa Elsinora.

  2. Me alegra ver que alguien se ha leído el artículo hasta el final y aún le han quedado energías para poner un comentario ;-))).

    En Gran Bretaña hay muchos individuos concienciados sobre temas de ecologí­a y sostenibilidad, pero tanto las instituciones como la gran mayorí­a de la gente pasan olí­mpicamente del tema. Por eso la tasa de reciclaje es tan baja, pero cada vez más gente se desplaza en bicicleta o compra productos ecológicos (organic, los llaman aquí­; sin pesticidas, no modificados genéticamente…). En la City londinense, lo que no produce pasta a corto plazo se desestima y así nos va…
    Besos para ti también.

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