¿Estudias o trabajas?

-¿Profesión?
-Editora freelance.
-¿Qué?
-Soy editora freelance, y también traductora.
-¿Editora freelander? ¿Qué hace una editora? ¿Y una freelander?
-Una editora o un editor preparan originales o revisan maquetas para su publicación. Los freelance son…

La expresión de la oficinista es un cromo. Parece el anagrama del blog: lleva el “Mi no entender” dibujado en la cara. Baja la mirada al impreso que está rellenando, una formalidad administrativa. Recorre las opciones para rellenar la casilla de marras, con dudoso éxito.

-O sea, estudiante.
-Nunca he dejado de estudiar, pero, en realidad, yo…
-O sea, que estás en paro.

Jurarí­a que estar en paro es incompatible con trabajar unas ocho horas al día, me digo a mí misma mientras siento que la cara me empieza a arder. Si fuera la primera vez, me chocarí­a, me divertirí­a o al menos me sorprendería, pero la verdad es que empiezo a estar harta de que en España nadie sepa qué es un editor y que aún menos personas sepan qué es ser freelance.

En momentos así­ siempre me acuerdo de que en Londres era mucho más común y que incluso la casera de una amiga mía era óptica freelance y que ganaba una pasta. El cuerpo me pide guerra, porque estoy harta de que la gente asocie el trabajar en casa con el no trabajar, o el horario flexible con las vacaciones perpetuas, por más que en las épocas de mucho follón seas la única pringada que se pasa el fin de semana y las fiestas de guardar trabajando a destajo.

Y también estoy harta de llevar trece años currando y que aún me vengan con que si soy estudiante sólo porque la gente sólo reconoce como currantes a los oficinistas. Pero siguiendo los consejos de los libros de gestión de la ansiedad que he leí­do en mi vida de parada ociosa/estudiante respiro hondo un par de veces (respiración abdominal, que se llama) y me digo a mí­ misma que de qué servirí­a montarle un pollo a esta pobre disléxica, que la gente seguirí­a sin saber qué narices es un editor freelance, o un editor a secas y sin respetar los trabajos que se salen de lo común y tiro de flema británica.

-Si no te aparece “Editora Freelander 4×4”, pon estudiante. Siempre he sido una todoterreno -le digo sonriendo, consciente de que no ha pillado la broma.
-¿Dirección?

Siento la tentación de darle las señas de mi garaje, en plan, “¿pues donde va a vivir una editora Freelander sino en un garaje?” Pero no quiero tentar a la suerte, ya que la falta de luces suele ir unida a falta de sentido del humor. También se me ocurre que podría contestarle que vivo en la Biblioteca Nacional, como estudiante en paro que soy, pero al final contesto en plan pragmático y me voy, tratando de sacar la parte positiva del asunto y que no es otra que aún no parezco una vieja pelleja y por eso me van poniendo el cartel de estudiante por todas partes…

(Este post va dedicado a todos los que tienen profesiones “raras”, con “poco fundamento”, propias de hippies, o que nadie sabe en qué consisten…).

2 respuestas a «¿Estudias o trabajas?»

  1. Guau, o mejor, burrumm, que es el ruido de sorpresa/admiración que emite una editora Freelander 4×4 al consultar ciertas bases de datos y al leer comentarios con vena poética.
    Me consta que La noche está muy bien custodiada y acompañada por libros fantásticos, pero hay muchas buenas razones para visitar la Nacional, en cualquier caso, así­ que lo haré pronto. En mi actual época de libritis aguditis (pregúntese a Amazon), ir a la Biblioteca Nacional sin horario es como si a un ludópata le dieran tarifa plana en un casino de Las Vegas. De manera que a lo mejor terminas lamentando tu invitación 🙂 pero eso sí­, siempre puedes decir que no me conoces.
    Muchos besos.

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