El Ulises de James Joyce: se ha escrito un crimen

Al hilo de lo que pregunta Javier, diré que precisamente estoy tratando de identificar al “culpable” del cuarteto de traductores. Las circunstancias me obligan a analizar el asunto en plan minimalista: debo descubrir al “asesino” procesando sólo una esquina de la escena del crimen. Analizarlo todo serí­a muy difí­cil, ya que la escena se extiende unas 800 páginas; demasiado escenario para procesar en los tres meses que te da de margen una tesina de máster.

Lo bueno es que mi esquina es muy importante: es la cinta con lo que ocurrió al final y además dispongo de datos de momentos anteriores de dos de los traductores “sospechosos”. Puedo adelantar que va a ser tarea complicada porque los cuatro tuvieron móvil y oportunidad: cada uno de los cuatro tiene sus aciertos y sus errores. El reparto no es uniforme: Borges tiene genialidades como traducir “white helmet”/ (casco blanco) por “salacot” que es un casco usado en las colonias inglesas (aunque ellos no apliquen el nombre; para ellos es un “pith helmet”; el término “salacot” viene del tagalo, idioma nativo de la ex colonia española Filipinas), de manera que trae a un texto que habla de Gibraltar el eco colonial británico (¿y qué es Gibraltar sino una colonia británica?; y de paso reproduce el rechazo antiinglés de los irlandeses), pero en otro lugar mete la pata hasta el fondo traduciendo “fairy cakes” como “masitas divinas” en lugar de “magdalenas” o “pasteles” (basta con pasarse por el super o la tienda del paki de la esquina en Reino Unido para ver las bolsitas de “fairy cakes” con sus magdalenas dentro; otras veces las llaman “sponge”, por cierto), porque aplica literalmente “fairy” que significa “mágico, fantástico, propio de hadas”.

El argentino Salas Subirat, escritor y contable, tiene mucha intuición, pero a veces también sobreactúa o “infraactúa”: para él las “fairy cakes” tampoco son magdalenas sino “tartas de hadas”; una tarta de hadas hace pensar en una atracción de Disney World o en una tarta muy rosa y llena de gasas fabricada por Mattel y no en una magdalena o bollo con cerezas y azúcar rosada que es de lo que se trata) y “todos los pájaros vuelan” es un juego muy conocido.

Los textos de Valverde y Garcí­a Tortosa me suelen gustar porque como española sus elecciones me resultan más cercanas, pero a veces se cuelan. Al segundo (y a su cómplice femenina, la señora Venegas Lagüens) le puede el afán filológico y tiende a utilizar términos incomprensibles (como “torta de alcaravea”, traduciendo “seedcake”; su traducción ni siquiera es completamente exacta, una seedcake es una torta o galleta hecha de semillas, sobre todo sésamo y comino, la alcaravea es la planta del comino según mis datos). Valverde como poeta que es logra cosas como “ensancha el alma” (las nasales unidas a la apertura de la vocal “a” logran el efecto que la palabra expresa), en una traducción bastante libre pero al mismo tiempo bastante lograda de “that would do your heart good”.

Sin embargo, luego traduce “I wouldn’t give a snap of my two fingers” (me importa un pito, o me importa un bledo) por “yo no darí­a un pito” que a saber qué demonios significa. Esta expresión del “snap”, por cierto, Salas la traduce literalmente (no darí­a un chasquido de mis dos dedos), vamos, como si la hubieras traducido con Google.

En todo caso, para el lector español medio el dilema se reduce a las dos ediciones disponibles en librerí­as, la de Garcí­a Tortosa (Cátedra) y la de Valverde (Lumen). Borges sólo tradujo la última página, como contaba en un post anterior, y la edición de Salas Subirat (de 1945, reeditada por Planeta en 1996) está agotada, pero se puede conseguir en algunas bibliotecas (bibliotecas, que no librerí­as).

Seguiremos informando. Voy a ver si me tomo un café con leche con tarta de hadas o una torta de alcaravea. O mejor un yogur desnatado, que luego, el endocrino, al ver cómo se me ensancha el alma (y lo que no es el alma), va a decir que no doy un pito por la dieta y me va a golpear con su salacot. (A ver si el culpable va a ser mi endocrino, con los métodos violentos que se gasta… Esto en el CSI no pasa. Allí­ está todo mucho más claro y los endocrinos de los investigadores no se inmiscuyen en los casos).

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Nota para las almas sensibles: el endocrino mencionado no existe.

12 respuestas a «El Ulises de James Joyce: se ha escrito un crimen»

  1. Qué bonita minitesina (valga la redundancia). Con razón es tan indigesto este al parecer hermosos libro, al que yo me lancé como loca tras leer Dublineses… y ahí­ quedó el pobre a medio leer, como magdalena de hadas o divina atascada en medio del esófago. Ahora: como trabajo CSI, precioso.

  2. Lo interesante es ver cuántas posibilidades tiene el lenguaje, tanto para un escritor como para un traductor y cómo cada decisión que se toma influye en el efecto general y en la lí­nea siguiente. Por ejemplo, usar un imperfecto (miraba) o un indefinido (miré) para traducir un “I looked” cambia la perspectiva.
    La lástima es que tenga tan poco tiempo y tan poca energí­a -encima ahora me he acatarrado- y que el tocho sea tan tocho. Pero aprender ya lo creo que voy a aprender, que es de lo que se trata. Ahora bien, me vendría muy bien también aprobar ;-))
    No sé dónde está la redundancia…

  3. Hola, Elsinora. En realidad, soy el Javier cuyo verdadero nombre ficticio es Bernardo O’Flaherty.
    Debo decir a aquellos posibles desalentados del Ulises que te leen, que en realidad, como dijo Borges, lo mismo da leer una página del Ulises que 800, siempre y cuando se lea bien.
    Por lo que comentas, lo malo de este asunto es que los traductores tienen como altibajos del espí­ritu (o, siendo más científico, del riego cerebral). Como humanos que son a veces les entra el estupendismo de las alcaraveas, y otras se vienen abajo con los pitos. Por lo menos, eso sí­, tienen momentos en que se les ensancha el alma.
    Casi sería preferible la traducción que acometió un grupo de valientes con un único capí­tulo de Finnegans Wake (que creo que es el único de toda la novela que se ha traducido alguna vez al castellano)y cuyo resultado parece lo suficientemente descabellado como para ser fiel al original. Pero no puedo juzgar, porque tendría que ser yo mismo un grupo entero de valientes y sólo soy uno.
    Ánimo, que ya acabas, y ten cuidado de no aprender demasiado inglés, no vaya a ser que te excedas y ya no te entiendan ni los propios ingleses, como le pasa al de las alcaraveas con el castellano. Pobre hombre. La filologí­a puede llegar a ser el mejor modo de no entendernos.

  4. Qué estupendo comentario, O’Flaherty. Digno de Elsinora Joyce, sin duda.
    La redundancia, Elsinora, viene de mini (prefijo de cualquier cosa pequeña) y tesina (diminutivo de tesis, o sea, pequeña tesis). ¿Ves cuánta razón tiene O’Flaherty? La filología puede llegar a ser el mejor modo de no entendernos, o, lo que es lo mismo, los árboles no dejan ver el forest.

  5. Mmmm, ¿es usted Elsinora Willows? No, no es usted rubia, no. Ergo… ¿Elsinora Sidle? ¿O quizá una reconversión de Elsinora Grissom?

    En fin, aquí­ Metrolando Sanders preguntando si, después de haberle hecho la prueba del ADN a Borges & Subirats, puedo devolver a éste último de nuevo a la “morgue”, o le sigo manteniendo en la cámara por si necesitas alguna otra copia de los resultados antes de entregar la tesina 😉

    Y sí­, darí­a para una tesis doctoral completa, ahora en serio. Como mera curiosidad, ¿la tesina incluirá tu propia versión traducida de esa última página, con sus madalenas y todo? ¿Será es traducción parte de uno o varios post? (Ya, ya sé que la pregunta se acerca al sadismo. Es lo que tiene ver tres capí­tulos de CSI y luego, leer tu post. Es lo único que veo en la tele, pero creo que tendré que quitarme…)

  6. Guau, el panel de comentarios se ha puesto a tono. Cómo me gusta tener estos contertulios y estas tertulias en medio de agosto.
    O’Flaherty, sea usted bienvenido.
    Tuve oportunidad de conocer al traductor al alemán de Finnegans Wake. Es profe del Kings College, aquí en Londres,y cuando se me ocurrió decir que traducir el Ulises (y analizarlo, como es mi caso) era tarea muy complicada el tío flipó. El Finnegans es más corto, pero mucho más ininteligible, según dicen. Yo no lo he leí­do (aún), pero me lo creo.
    El mejor orden para meterle el diente a Joyce, dicen, es Dublineses – Retrato – Ulises y Finnegans. Los dos primeros son intercambiables (en orden de lectura, quiero decir) y del cuarto, como comenta O’Flaherty, sólo se ha traducido al español parte.
    El Ulises, leído en plan menú degustación, es una verdadera gozada: tiene mucho humor y mucha poesí­a y es democrático en su foco: todo merece ser contado por este narrador verboso y gamberro. Otra cosa es leer un par de capí­tulos en una semana y en inglés para buscar el paralelismo con la Odisea, sin haber leído entera la obra previamente. Demasiado kamikaze hasta para mí.
    Y bueno, el tipo se pasa de virtuoso a veces con su manía de estirar la técnica (cada capí­tulo está escrito con una técnica distinta).

    Disiento un poco en el diagnóstico de O’Flaherty. Yo creo que todos tenemos nuestros momentos de falta de riego (o de bajada de tensión en el sistema), además de nuestras lagunas, errores y “desviaciones”. En realidad lo que falta en España es buenos editores, o pasta para pagarle a los buenos editores que hay pero que no ejercen como tales. Quiero decir, Valverde se cuela, o Garcí­a Tortosa se cuela, es normal, pero deberí­a haber alguien que lo revisara (con un ojo en el original) y detectara esas cosas. Yo he currado como autora y como editora y sé que a las palabras las carga el diablo y lo mucho que se puede mejorar un texto por el procedimiento de que lo lean ojos frescos. (Por cierto, la traducción de Garcí­a Tortosa le llevó 8 años, el mismo tiempo que a Joyce escribirlo). No he incluido a Borges en la lista, porque imagino que no se habría dejado corregir. Y por lo que sé a Salas le revisó su versión Eduardo Chamorro, un autor español, lo que ignoro es hasta dónde llevó sus cambios, porque no tengo acceso directo al texto y la información que hay es contradictoria.

    Teresa, yo pensaba que la redundancia como figura implicaba repetir la misma palabra y no la misma idea (por esa regla de tres casi todos los textos serían redundantes; lo son por el asunto del tema-rema y por nuestra incapacidad de procesar demasiada información nueva de golpe y tal y pascual). Tras releer tu comentario, mi tesina dice que te diga que ella es toda una señora dissertation (una tesina) y que de mini nada, pero luego se queda pensativa y me dice que a lo mejor te referí­as al post como minitesina, y que entonces no te diga nada. Menudo lío. Mi no entender. Sí, debe ser cosa de los árboles y el bosque. O el viento que mueve las ramas y nos tapa la perspectiva (aquí­ hace realmente malo).

    Metrolando, puedes devolver el cuerpo a su lugar de origen, pero antes me tienes que anotar, please, los datos (fecha, edición, si figura algún editor o revisión) y gracias mil.Y respecto a quién soy en el CSI, yo me pedirí­a Elsinora Willows por el físico -qué bien le quedan las chaquetas de cuero, por cierto-, pero en lo que se refiere al nombre me mola mucho más Elsinora Bonasera. No he conseguido el texto de Borges incluido en Inquisiciones (“El ´Ulises´ de Joyce”, publicado originalmente en Proa nº6, enero,1925 y recogido después en Inquisiciones) ni tampoco “Nota sobre el Ulises en español” (Anales de Buenos Aires.Año 1. Buenos Aires. enero de 1946, n.1, p. 49).
    Y respecto a si haré mi propia traducción, no sé qué decirte. Para la tesina no está previsto, pero lo que si voy haciendo es proponer opciones mejores cuando se me ocurren (tengo una muy chula en la escena en la que las chicas españolas se ríen con sus peinetas y mantillas, pero hasta ahí­ puedo leer), de manera que es posible que dentro de unos meses, si sigo con mi propósito de leerme el Ulises entero y hacer cosas con él la traduzca. Os informaré, en todo caso. Podrí­amos montar un “crowdsourcing” de esos que se llevan ahora pero en plan etiqueta negra, traduciendo el Ulises en grupo.

    Y en fin, qué maxicomentario gigante (valga el hipérbaton redundante), voy a tener que estar media hora haciendo estiramientos de cuello ;-))) (en realidad escribir sobre esto me aclara las ideas de la tesis, así­ que estoy autorizada a hacerlo).

  7. ¡Pues claro que sí­! Verbalizar es un ejercicio de clarividencia estupendo. ¿A que se te colocaron dos o tres ideas que tení­as por ahí­ sin saber bien dónde encajarlas? Para mí­ es mano de santo.
    Y sí, la redundancia se refiere también a los conceptos.
    La partícula mini no iba referida ni al post ni a la envergadura de tu trabajo, sino a la parcela a la que se refiere (si se refiriese al Ulises entero, daba para una tesis, como bien dice Metrolando, que te iba a llevar, también a ti, ocho añitos, calculando así­ a ojo).
    ¡Qué traigan un té y unas pastas, y que continúe la tertulia!

  8. Sólo aceptamos tortas de alcaraveas y tartas de hadas y té Lipton (las “tartas de hadas” las compran en Lipton, una “tienda grande y rica”). Me da a mí­ que va a ser difícil que nos lo traigan.
    La idea original era comparar varios fragmentos de las dos traducciones españolas y ver cómo reflejaba cada una de ellas el humor del texto original de un modo inteligible para un lector español o hispano. Vi que el humor me iba a complicar (qué es humor, qué tipos de humor hay etc) y al conseguir la traducción de la última página de Borges pensé que era buena cosa comparar cuatro traducciones, dado que además la última página es una parte muy significativa de un texto. (Y dado que ya he analizado un par de traducciones de Borges y le tengo cogido el punto).

    La cosa física de comparar cuatro traducciones entre sí­ y con un original es bastante complicada, y más con contractura, pero en fin, c’est la vie.

  9. Pues ya que nos hemos enciscado, no vamos a parar aquí­, ¿no?.
    Es verdad que Joyce, en cada capítulo del Ulises,intenta emplear una técnica distinta. Con desigual resultado, claro. Algunas son sublimes y otras estúpidas (hay una a la que denomina de “catecismo”, o algo así­, que si no fuera tan sorprendete sería ridícula). Antes que con esos alardes de “miradme, soy un genio”, prefiero quedarme con el hecho de que su verdadera intención es romper con el modo de hacer literatura hasta entonces, y vaya si lo hace. Y para comprobarlo, basta con leer una sola página, cualquiera de ellas. Al ser su argumento irrelevante, y sus pretensiones técnicas desigualmente afortunadas, puedes saltarte tranquilamente cincuenta o cien páginas, sin por ello dejar de extraerle el verdadero jugo.
    Joyce dijo que habí­a escrito una obra para enloquecer a los crí­ticos durante los próximos cincuenta años, lo cual es, primero, mentira (los críticos parecen saber perfectamente por dónde agarrarla, aunque a veces se pongan estupendos) ,y segundo, de un egocentrismo delirante. Afortunadamente, a Joyce le salva el sentido del humor, y no creo que se tomara demasiado en serio su propia posteridad. O eso espero…

    Por cierto, tengo una pregunta cuasi filosófica: ¿cómo vas a transmitir a tus profesores, que no hablan español, los matices filológicos de estas traducciones al castellano? tendrás tú misma que realizar una traducción acerca de las interpretaciones realizadas acerca de las traducciones… da vértigo, ¿eh?

  10. O’ Flaherty, los profesores que van a corregir mi dissertation sí­ hablan español. Afortunadamente, mi master es de literatura comparada, con lo cual el bilingüismo es bienvenido. De todas maneras, a lo largo de la tesina voy explicando los matices de cada traducción en inglés, porque no acabo de tener muy claro hasta dónde puedo tirar de español.
    A mí­, Ithaca (el capí­tulo del catecismo que dices), leí­do en inglés me parece un capí­tulo genial, de los mejores, con su parodia del lenguaje cientí­fico y el afán de explicarlo todo.
    El propio Joyce aseguró que el Ulises no contení­a ni una sola línea en serio, ni un solo mensaje profundo, pero la verdad es que para hacer un chiste se lo curró demasiado, de manera que a lo mejor la broma la hizo cuando dijo que nada iba en serio. En fin, que lo más seguro es que no se sabe, pero la mejor forma de leerlo es elegir una parte y disfrutar. En eso estamos de acuerdo. Y egocéntrico era un rato, cierto.

  11. Nada, ya que estamos en plan CSI (perdón al resto por ponerme en mis neuras y obviar vuestros comentarios, mucho más interesantes que mis manías… pero es que no tengo nada inteligente que añadir ;-)), y aunque Elsinora está tan ocupada con sus catarros (cuídate, por favor), sus compañeros de piso y demás… En fin, que, abreviando, que es gerundio: te estoy buscando los dos textos esos de Borges. Pura deformación ceeseiarial (pedazo de palabrota, perdón a los ojos castos que se sobresalten).

    Te iba a pegar aquí los detalles (y los datos de la edición de Salas), pero mejor te lo enví­o por correo, para no dormir a tus distinguidos lectores. Así que abre el correo, pero ya , pls, 😉

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