El rincón de Elsi

El post de hoy va a ser un poco doméstico. Hoy quiero hablar de lo importante que es tener buenos hábitos para la higiene mental. Tener un cierto orden vital, alternar el trabajo con el descanso, las actividades intelectuales con algunas físicas, comer de forma equilibrada y cuidarse en general. No se trata tanto de dar consejos (ni que fuera el barbudo de los Briconsejos de La 2), como de compartir mi experiencia, por si a alguien le sirve.

En este terreno debo decir que mi Pepito Grillo es la para otras cosas muy desestructurada S., mi flatmate y casera locuela. Cuando ve que dedico muchas horas seguidas a estudiar o a trabajar me recuerda lo necesario que es parar, darse una vuelta, descansar, y que llegad@ a determinado punto, tu rendimiento baja mucho y es mejor cortar, dedicarle menos tiempo pero que este tiempo sea de calidad (el concepto “quality time” lo usan mucho en Inglaterra, aplicado al tiempo que los padres dedican a los hijos, por ejemplo, o a tu trabajo creativo o intelectual). Me parece que este tema del trabajo extensivo, de “echar horas y horas” los españoles somos expertos y que probablemente de ahí viene en parte nuestra baja productividad a pesar de que somos de los que tienen una jornada laboral más larga. También sucede que tenemos mucha costumbre de mezclar trabajo y relaciones sociales (el cafelito o la caña en el bar de abajo, la larga comida con sobremesa…) y que en general la tecnología no está muy bien implementada.

A lo que iba, para rendir uno tiene que tener claro qué es ocio y qué es trabajo. Si se trabaja como free lance es difícil establecer esa diferencia y también es dificil cuando uno trabaja en algo que le gusta, o cuando aficiones y curro coinciden, o cuando las aficiones tienden a cero, caso también bastante común en esta sociedad. Así que la primera regla es distinguir, que haya figura y fondo: esto es el trabajo (puede que el trabajo sea 10 horas, por ejemplo, porque estas en pleno pico) y esto es el descanso (currando 10 horas está claro que mucho ocio no puede tener uno). Pero el hecho de tener claros los límites es fundamental: si no ves el final de lo que estás haciendo, si nadas en círculo, no tendrás sensación de avanzar y además perderás el norte.

La segunda regla sería organizarte. Priorizar las tareas y prever cuánto te va a llevar cada una aproximadamente. Los anglosajones lo llaman “time management” y tienen kilos y kilos de libros sobre el tema. Yo no soy muy buena en este terreno, pero lo que tengo claro es que cuando más cunde es cuando más cosas tengo en marcha. ¿Contradice esto la ley de figura y fondo? No. En realidad lo reafirma: si tienes mucho tiempo libre, el trabajo (o las ocupaciones intelectuales o domésticas) acaban confundiéndose con el ocio, estás en una especie de permanente espera, un continuo posponer, que te parece correcto porque como tienes tanto tiempo te puedes permitir perderlo. Al final no haces nada, porque pierdes la noción de que el tiempo es algo valioso que hay que administrar y porque tu motor acaba oxidándose a falta de uso. Esto le ocurre al menos a la gente poco disciplinada, por lo que he observado. Hay gente muy capaz de manejarse perfectamente con mucho tiempo libre.
La tercera regla sería el reconocimiento y la gratificación. Vale, has hecho esto. Date por enterado, ponte una medalla virtual por lo que has hecho bien, toma una nota mental (esto es muy inglés “a mental note”) de aquello que puedes mejorar en sucesivas veces y sigue adelante. Si según tu programa ahora toca descanso, pues descanso desconectando, si toca otra tarea, otra tarea, pero con tu medalla -virtual pero flamante- en la solapa.

La cuarta ley tiene que ver con el medio físico en el que trabajas. Debería ser el adecuado: la silla, la mesa, la luz, tu postura, la ventilación. Yo paso muchas horas trabajando y estudiando en la misma habitación en la que duermo y si no tuviera cuidado con cosas como el orden y el cambio de espacio acabaría bastante perjudicada (hay quienes sostienen que ya lo estoy :-)) . Intenta cambiar de ambiente, salir a dar una vuelta, ir a la cocina cada cierto tiempo.

La quinta regla es tu cuerpo. Por muchas horas que tengas que echar a una tarea, por muy agobiante que sea tu trabajo, busca la forma de moverte, alimentarte bien (la fruta es sana y no requiere preparación, por ejemplo) y mantener tu cuerpo en buen estado. No sólo vas a rendir más, sino que alejas la posibilidad de que te dé un soponcio frente a la pantalla (cansancio, estrés, sedentarismo y ansiedad son factores de riesgo). Además, el curro pasará, pero tu cuerpo te acompañará el resto del viaje.

La aplicación a su propio caso de las teorías de S, sobre el “quality time”, la importancia del ejercicio y de ciertas medidas de ergonomía (cuando vio el atril que uso para leer se puso a aplaudir, yo no entendía nada) es incierta (aún la estoy procesando; lleva un par de meses en los que apenas trabaja) pero está claro que algo habrá hecho esta mujer bien en lo que se refiere a su gestión para haber podido comprar una casa en Londres con 34 años y por sus propios medios (y “mortgage” mediante, y aún sin pagar del todo).

Esto ha sido todo por hoy en el Rincón de Elsi. Sed buenos. Y si tenéis alguna sugerencia más, o alguna experiencia que queráis compartir a este respecto, adelante.

4 respuestas a «El rincón de Elsi»

  1. Asi me gusta, firmes desde el principio, jajaja. Bienvenida, Simoneta. El especial sobre los helados Haggen Dasz esta en camino… o no, pero mereceria la pena.

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