El por qué de los nombres o las otras Elsinoras de la aldea global

Todo texto con una cierta carga autobiográfica implica construir una persona/máscara, un parapeto narrativo que te permita manejar los materiales de una forma adecuada. Ocurre en todo tipo de situaciones: el abuelo o la abuela decoran consciente o inconscientemente sus recuerdos de juventud, agrandan unos aspectos y se olvidan de otros, la mili que cuenta el padre se parece poco a la mili que en realidad vivió y así sucesivamente. Con los blogs ocurre también esto: uno no escribe exactamente desde sí mismo, sino desde una piel paralela a la suya pero alejada de sus centros nerviosos lo suficiente para no estar a la intemperie. Además, el género blog y especialmente aquellos en los que lo íntimo tiene mucho peso, tiende a exaltar la faceta de voyeurismo obsesivo de algunos lectores, que tras asomarse a diario a confesiones más o menos autobiográficas de alguien se dedican a buscar detalles para poder localizar a la persona de carne y hueso y la persiguen. La Red está llena de casos así, de manera que lo del seudónimo no es sólo una cuestión literaria o formal sino incluso una medida de precaución.

Originalmente mi seudónimo blogueril me fue sugerido por un amigo (¡gracias Antoine!), por el juego con el castillo de Hamlet, el hecho de que yo estudiara literatura comparada en Inglaterra (lo cual hacía pensar inevitablemente en Shakespeare) y porque sonaba bien y parecía encajarme. Por muy nuevo que pueda ser un seudónimo para ti y por muy “a medida” que te parezca todos traen su carga de sentido a hombros y su dosis de “otredad” o alteridad.

Una breve investigación en Internet arrojó lo siguiente. Elsinora tiene una vertiente astronómica, una relacionada con la naturaleza, una musical y una personal.

Al parecer una tal Elsinora Arnold tocó el violín para el Ayuntamiento de Marbella . En la otra punta del mundo vive una tercera Elsinora, tocaya mía y de la violinista, que tiene diecisiete años que se autodefine como un filósofa cínica, mientras que cerca de ella, en Australia, una población llamada Elsinora en South Walles recibía un meteorito. Finalmente, Elsinora también es una variedad de una mariposa o polilla (a moth) común en Estados Unidos llamada Tricholita. Dejo aquí el link de la Tricholita Elsinora aquí a título ilustrativo (aparecen por orden alfabético; la Tricholita está casi al final), aunque a mí estos bichos me dan bastante asco, por más que uno de ellos se llame como yo, bueno como mi personaje de la bitácora.

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5 respuestas a «El por qué de los nombres o las otras Elsinoras de la aldea global»

  1. Bueno, chica. A mi tu tocaya la tricholita me parece una preciosidad (aunque no tanto como tú, eso sí­). Lástima no tener fotos de la violinista, ni de la filósofa, ni de la meteorita, para poder comparar y ver quién se llevaba el premio por guapa.
    ¿Así­ que fue de Antoine la idea del nombre? Me gusta.
    Te dedico en tu postración “no lupus” el comienzo más o menos de “El incierto señor Don Hamlet, príncipe de Dinamarca” de Álvaro Cunqueiro. Digo “más o menos” porque cito de memoria…, y “más o menos” porque te mando traducido lo que mi memoria recuerda ahora, que te viene siendo sólo aproximado y fragmentado. Y sin embargo bello:
    “Bienvenidos a Elsinor, señores. Aquí­ en Elsinor todo lo tenemos cerrado por culpa del viento. La gente, el ganado, el jardí­n…… Por eso los de Elsinor somos gente de pálida piel……. Y es por culpa del viento airado”.

  2. Genial. A ver si busco el comienzo literal de Cunqueiro y hago algo con él. Y sí, Elsinora también es de pálida piel, como los de La Pérfida y aquí viento, mucho (menos que en Galicia en la costa, eso sí), y airado, como viento que es, también.
    Puedo seguir las líneas de investigación que propones: a lo mejor Google Images recoge fotos de alguna de las otras Elsinoras, pero vamos, como vea que alguna es más guapa le pinto bigote o lo que haga falta… jajaja.
    Abrazo.

  3. ¡Venga! Yo les pinto el entrecejo.
    Tengo por ahí­ el libro de Cunqueiro (en galego, claro; la verdad es que no sé si está traducido). Pero aún no me he puesto a ordenar los libros, y siguemn en 3 filas, tal como vinieron de la mudanza, y tal como quedarán, no hay sitio para una sola fila, pero con cierto orden. Mi vida es tan incierta como el propio señor Don Hamlet, y no quiero ya más esfuerzos que los necesarios. Cómo nuca supe cuánto tiempo podré seguir aquí­, por eso.
    Es una obra de teatro, por cierto.
    Yo tení­a traducidas las dos primeras páginas, el discurso del coro con que empieza (una cosa poética que a mi me estremece cada vez que lo leo), pero no lo encuentro. Lo hice hace tiempo para una compañera actriz de la escuela de cine. debe de estar en un disquette, y ya no tengo disquetera.
    Entrambas lo iremos solucionando.
    Besos.

  4. No te preocupes. No corre ninguna prisa. Y además probablemente esté en Internet o en una biblioteca tipo de Babel a la que voy aquí en Londres, o pueda conseguirla por mi cuenta cuando vaya a Madrid. Las pocas cosas que he leído en gallego las he entendido… con algún esfuerzo y probablemente confiando demasiado en mi imaginación, pero en fin.
    No preocuparse, ya lo localizo yo por algún lado.
    Bicos e apertas (a ver si doy un poco el pego de que sé galego).

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