De conspiraciones varias: el sabotaje madrileño y La Pérfida convertida en Lepe. Parte I

En estas fechas tan señaladas, me llena de (no) orgullo y (no) satisfacción, como dice el otro darme cuenta de que el centro de Madrid está imposible. No sólo porque todo el mundo decida ir a comprar y pasear por los mismos sitios al mismo tiempo, sino también porque el metro está siendo doblemente saboteado: no sólo hay huelga del servicio de limpieza sino que también hay huelga de conductores encubierta. Casualmente, desde principios de diciembre, el metro sufre incidencias “ajenas” a Metro en estaciones y líneas clave. Al parecer, es algo que sucede mucho en ví­speras de elecciones, sean locales, regionales o nacionales. También al parecer, el sindicato de conductores (de izquierdas, es decir pro PSOE o pro Izquierda Unida) considera que fastidiar a los usuarios de metro con retrasos erosiona no sólo sus nervios, ya de por sí­ bastante erosionados por las fechas, las colas, las compras y las montañas de basura que tapizan los andenes, sino que influye en el voto para los comicios generales. Parece absurdo, pero hay una gran proporción de gente que confunde las cosas. La limpieza del Metro de Madrid la realiza una empresa concesionaria (opción más barata) que ha decidido hacer presión para elevar los salarios de sus empleados.

El resultado no sólo desvela lo cerdos que son los habitantes y los visitantes de Madrid (que lo son -o lo somos- y un rato) sino que muestra también un panorama más horrendo de lo normal gracias a las prácticas de los propios limpiadores en huelga: “casualmente” se ven periódicos troceados metódicamente en estaciones clave o palos de escoba tirados entre las ví­as (Aquí artículo de El País).

En la Pérfida tampoco se quedan atrás con esto de las conspiraciones y los complots…
Continuará.