Confusione en re menor o código, mi tesoro (parte I)

Entro en la sala con el concierto ya empezado. Una pareja de músicos se ha levantado de sus respectivos pianos y saluda al público con una cara más de agradecimiento que de orgullo o de felicidad. Son como el día y la noche el uno del otro y la situación parece el mundo al revés, porque el agradecimiento emanaba más de los músicos que del público. Desconozco el programa. Sólo sé que estoy en la facultad londinense de G., un lugar cool y a la última en materia de Arte. Aparece una chica japonesa, zapato plano de color rosa y un vestido entre zarrapastroso y elegante. Tiene algo atractivo pero al mismo tiempo torpe y fuera de lugar. Empieza a coger sillas y distribuirlas por el escenario. El público la observa mientras ella atraviesa el lugar en una actitud que bascula entre alguien absorto en una labor importante y alguien que se cohibe al saberse observado. ¿Debemos mirar ahora? ¿Forma esto parte del concierto o pertenece a la extraescena? ¿Somos voyeurs o público entregado?
Continuará