Después de una semana en cama con gripe, volver estos días a la vida activa me está resultando difícil. Imagino que he sido víctima de este tiempo londinense que lleva con nosotros un par de semanas: bueno para los embalses, bueno para hidratar la piel y hacer fotos de nubes esponjosas… y bueno, para deprimirte cuarto y mitad por la falta de sol.
No es sólo que haya estado una semana sin hacer ejercicio y sin entrar en contacto con esa fauna y esa flora propia de los polideportivos; ¡quién me iba a decir que los iba a echar de menos!-, sino que como freelance el trabajo se acumula literalmente sobre mi mesa de trabajo. Así que veo que Elsinora Contracturas está deseando sustituir a la mínima a la Elsinora Fitness de los últimos tiempos, merced al carapantallismo a contrarreloj en el que vivo.
Hay herramientas para evitar la tensión y las contracturas, Pilates, Técnica Alexander y Stretching mediante o incluso técnicas de relajación. Básicamente, hay que vigilar la postura, hacer paradas y estirar, separar claramente los momentos de trabajo de los de ocio y obligarse a salir a pasear un rato cada día aunque tenga que ser a última hora del día. He observado que este tipo de cosas ya me preocupaban hace un par de años y me resulta curioso ver cómo les hacía frente entonces cuando vivía en La Pérfida. Pego aquí aquel artículo del año pasado. Qué vueltas da la vida, por cierto.
No soy la única proclive al estrés, a juzgar por esto.
© 2015-2005; Elsinora Bonasera.
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