Elsinora se enamora (I)

Tengo un nuevo amor. No os habí­a hablado de él antes porque nos estábamos conociendo. Ahora la relación parece que prospera. El amor no me ciega para no ser capaz de reconocer que tiene un nombre feo y aparatoso, ya que se llama interculturalismo. Las intelectuales somos así­, nos ponen delante cualquier cosa con un barniz cultureta y nos quedamos flipadas. A veces le llamo inter, pero me suena tanto a fútbol milanés o a radio, que no me cuadra.

El proceso de acercamiento entre el interculturalismo y yo fue como sigue. Mi faceta “carapantalla” en esta fase me ha llevado a leer mucho sobre diferencias culturales, sobre qué ejes consideran los antropólogos culturales como más definitorios y característicos de las distintas culturas, y qué consecuencias tienen estas diferencias a la hora de que personas de distintas procedencias interactúen. He hecho interesantí­simas averiguaciones (que mucha gente ya sabrá pero que yo desconocí­a).

Por ejemplo que la cultura francesa y la japonesa se parecen mucho: ambas son de alto nivel contextual, es decir, que en ellas es más decisivo el contexto que el contenido, que disponen de unas redes no oficiales de información (cotilleo en el curro, cotilleo familiar, cotilleo con los amigos) cuya función no se limita al intercambio de información sino que también deciden “en la sombra”.

Que las sociedades de contexto más que de texto suelen estar orientadas a los grupos más que a los resultados individuales y por tanto anteponen la armonía y la protección de los individuos del grupo a los resultados económicos (supongo que esto para Francia no será tan cierto, pero su protección social tiene que tener una base ideológica de este tipo). Lo de que a los asiáticos no les gusta decir que no es más o menos conocido, y que por tanto sus síes son afirmaciones sólo a medias.

Continuará…

El futuro era esto

Como soy de natural peliculero llevo bastantes años haciendo cábalas coloristas sobre cómo serí­a el futuro. Incluso llegué a hacer alguna apuesta peregrina sobre qué sería de mi vida en 2005 (¡qué lejos sonaba aquello!).

En realidad eran previsiones que los demás hacían sobre ti. No acertamos casi ninguna, como era de esperar. La cuestión es que la mayor parte de mis amigos compañeros de la facultad o del instituto ya tienen uno o dos hijos y una vida que desde fuera se parece mucho a la visión que uno tení­a de pequeño sobre los adultos.

Así­ que si aplico bien lo aprendido en el CSI, tengo todos los síntomas de estar rodeada de compañeros de generación adultos y en esas circunstancias lo más probable es que me haya contagiado y yo misma sea también una adulta. Y por ahora no sé decir si es animal, vegetal o mineral. Pero haberlo, haylo.

Aniversario

Un día como hoy de hace cuarenta años se casaban mis padres. Fue en el mismo barrio en el que seguimos viviendo, cerca de la Castellana. Los padrinos y los suegros ya no están, pero han venido otros, entre ellos la que suscribe y sus hermanos.

Lo hemos celebrado en un restaurante cercano, a golpe de pulpo, chopitos, jamón ibérico y otras exquisiteces.

Una amiga de mis padres les ha regalado este hermoso centro floral con base en forma de barco.

¡Felicidades, papis! Y que cumpláis muchos más.

Fulguraciones

Post relámpago en plan señal de humo (o signo fático que dicen los lingüistas: en plan “eh, ¿estás ahí?, porque yo estoy aquí­”) para decir que ha regresado F. de su viaje a Grecia: ha vuelto muy morena y sus ojos azules parecen querer precipitarse hacia el exterior. Son de natural saltón, pero en medio de una superficie oscura directamente refulgen. Da un miedo que te cagas, especialmente cuando te pregunta “¿cómo estáááás?” con sus ojos como de careta de broma cayéndose con sus muelles con su azul fosforescente, pero en fin, seguramente se lo ha pasado bomba.

Mi traducción avanza, más despacio de lo que me gustarí­a, pero ahí­ voy. Y resulta muy interesante ver las posibilidades que hay y la cantidad de matices de cada palabra o estructura. Ya os contaré más cuando lo tenga terminado.

He recibido mis papeletas para votar por correo para la Asamblea de Madrid, pero curiosamente el dí­a de las elecciones estaría en los madriles y podría votar in situ. Y poco más puedo contaros, salvo que sigo teniendo muy clara la teorí­a de cómo organizarse bien y llevar una vida equilibrada como contaba aquí­ y bastante menos clara la práctica, pero en fin, me queda muy poco para irme de vacaciones y espero que con el relax la cosa se equilibre por sí­ misma.

A mal tiempo, buena onda

Como no todo va a ser hablar de basura (por más que el tema se las traiga tanto a nivel particular como general) ni trabajar, un post cortito de estos misceláneos que me gustan a mí­.

Tengo un plazo de entrega pendiendo sobre mi cabeza (este miércoles), así­ que probablemente debería abstenerme de actualizar hoy y de ir dejando comentarios en los blogs que suelo leer, pero por algún motivo mi cabeza y mi cuerpo se rebelan: vale, está bien trabajar muchas horas incluso fines de semana cuando es preciso, dicen, pero nos negamos a sólo trabajar. La vida es corta y compleja dicen. Mañana a lo mejor no estás aquí­ (ni en el limbo, porque lo han quitado) y entonces ¿para qué te habrá servido currar diez horas seguidas?

Pues nada, eso, que la vida es corta y compleja y hoy es viernes y tenemos un fin de semana por delante, con o sin trabajo pendiente, en Londres o en Madrid, o en Galicia o en México, con previsión de sol o lluvias, pero en este hemisferio es primavera y ahora es viernes por la tarde, ¡disfrutemos! ¡Qué poco me queda para terminar este proyecto carapantallil y qué bien me va a quedar! Seguro que a ti te pasa algo parecido. Piénsalo.

(Mientras escribí­a esto, en Radio Virgin un oyente acaba de ganar la visita de un jardinero semanalmente para que le corte el césped y le pode el seto y un viaje para dos personas a Bangkok. Va a ser serendipia esto o al menos buenas vibraciones en el ambiente).

Lo que no sé es si podré actualizar en dí­as sucesivos: una cosa es la buena voluntad y otra las horas del día… Ya veremos. Un saludo y sed buenos mientras tanto.