Me gustas cuando callas

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, que decía Neruda.

La carta de la Oficina del Censo Electoral me considera “residente ausente” pero prefiere que no me calle, o que me calle sólo respecto al Ayuntamiento y que hable alto y claro (bueno, plano y claro, metiendo la papeleta bien dobladita en su sobre, el sobre dentro de otro sobre) sobre la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Será porque los empleados de la tal oficina no leen el blog y desconocen lo poco que se calló Elsinora con lo de Espe jode lo que somos, o porque agradecieron el buen humor y tal (si al final Espe va a ser una persona que reconoce sus errores… ¿qué errores?).

Cuento muy brevemente lo que sé del proceso de votar desde La Pérfida, porque siempre me producía curiosidad al oír decir a los locutores “a falta de los datos del voto por correo” y supongo que a muchos de vosotros también. Según la carta que me ha mandado la Oficina Electoral, al estar inscrita en la embajada de España de Londres como española residente en La Pérfida (ellos no lo llaman así­ sino Reino Unido, por no despertar susceptibilidades), figuro en el censo electoral como residente ausente y sólo puedo votar por correo (salvo que vaya a la embajada y les diga que voy a estar en Madrid dos semanas, justo coincidiendo con las elecciones, imagino).

Lo que no dice por ninguna parte es qué ocurre con las elecciones municipales. Probablemente sea porque pertenecen a negociados distintos, como señala Teresa en un comentario.

La cosa es que me han hecho llegar ocho millones de papeletas color salmón, y un sobre color salmón. Tengo que elegir una papeleta entre los ocho millones (a ser posible por un método no aleatorio) y meterla en el sobre salmón. Tengo un sobre blanco en el que tengo que meter la certificación del censo en la que me dicen que soy Residente ausente (expresión que me encanta, tan contradictoria y al mismo tiempo tan cierta, como la vida misma).

Es muy importante que la meta en el sobre blanco, porque si la meto en el sobre salmón me anulan el voto por daltónica precipitosa. Si meto más de una papeleta en el sobre salmón también lo anulan, esta vez por ansiosa. Si me olvido de meter la certificación en el sobre blanco también me anulan el voto, por olvidadiza, será, pero no me acuerdo. En fin menudo estrés es votar correctamente. Pues nada, eliges si votas a Madrid es Castilla, Primero Madrid, Los Verdes Verdes, Al Pan Pan y al Vino Vino, Partido Antitaurino Contra El Maltrato Animal, o mejor, para contento de Espe, al Partido Salvemos Telemadrid (sólo uno de estos nombres de partidos políticos es inventado, ¿adivinas cuál?).

Doblas la papeleta y la metes en el sobre salmón (el color salmón viene siendo un color entre anaranjado y rosa, por cierto, como las páginas de economía de los periódicos).

Una vez hecho esto, metes el sobre salmón en el sobre blanco, junto con la certificación censal y la solicitud del reintegro del importe del franqueo, que es un papelito en el que tú declaras que has gastado tal cantidad en tal moneda para enviarlo certificado y ellos en teoría se lo creen y te lo pagan en cash, entiendo, porque dice que te lo remitirá la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos. Cierras el sobre y rellenas el remite con claridad y lo mandas por correo certificado no más tarde del 26 de mayo.

También te dan la opción de entregar el sobre en la oficina consular no más tarde del 20 de mayo, previa acreditación de tu misma mismidad mediante tu pasaporte o DNI. Para que tu voto sea válido, lo mandes por correo o lo lleves en persona a la embajada, la fecha del matasellos o del sello oficial debe mostrar una fecha que se ajuste a los plazos.

Conclusión: mandaré mi voto para la Asamblea por correo certificado desde España, a ver si me lo admiten y muy probablemente no pueda votar en las municipales, a no ser que me llegue la carta el lunes o martes. Con el agobio que tengo de cosas pendientes lo que me faltaba era estar pendiente de si llega la carta o no, pero en fin, Pilarín, ahora que ya me he aprendido el protocolo y el código de colores quiero ir a por todas. Todo a salmón y par, señor crupier.

Camera Espe

En el post de ayer comentaba brevemente la entrevista a Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, publicada por El Mundo. Más que una entrevista, se trata de lo que ellos llaman un Encuentro digital, lo cual si la lógica del español no me falla significa una cita en que los personajes y los ciudadanos hacen manitas, aunque a veces es más bien un clavarse las uñas. La cosa es que el encuentro digital de Esperanza Aguirre consistía en cuarenta y tantas preguntas y sus correspondientes respuestas: los lectores escriben y ella va contestando desde un ordenador de la redacción de El Mundo en Madrid.

Yo en un primer momento leí­ el resumen de dicho encuentro digital que tení­a el escalofriante tí­tulo de Esperanza Aguirre: Me encantarí­a posar desnuda como la concejala de Lepe (esta versión reducida y de amarillo o verde título aquí). Esa lectura es la que me irritó por lo que comentaba ayer de que parece que estuviera jugando y demás cuestiones como lo de que recitaba los ríos de España en lugar de contestar a las preguntas. La sensación cuando lees la versión completa es la misma, pero menos ní­tida: hay tantos detalles en los que fijarse que no la ves ni tan pizpireta ni tan dueña de su discurso/memorieta. Pero a cambio te transmite mucho más el sabor del personaje y su forma de respirar. En el encuentro digital, de hecho, pierde las formas un par de veces, repite una coletilla otro par y suelta una perla que deberí­a pasar a los anales de los guiones cómicos de España y el mundo mundial.

El juego que te propongo es que leas la entrevista aquí y luego me respondas a las siguientes preguntas:

1. ¿Cuántos “como no podía ser de otra manera” localizas?

2. ¿En qué momento o en qué pregunta Espe se olvida de las buenas maneras y trata de tú a alguien que le pregunta de usted? ¿Tendrá que ver con el partido al que declara votar el lector?

3. La contestación a la 6 no necesita comentario: “Telemadrid es la televisión más plural que en este momento existe en España. Ahí tienen cabida todas las ideologí­as. Y¿por qué “ahí”?, parece que quisiera decir “en eso”, en ese nido de ví­boras sindicalistas y desagradecidas.

4. Localiza el momento en que Espe se pone metafórica y compara el suajili de alguna pintada en Lavapiés que no recibe multa con el castellano en Cataluña y si entiendes el símil, me lo explicas, por favor. (pista, a la altura de la pregunta 12).

5. Una lectora gallega se lía con las conjunciones cuando declara: “No soy madrileña pero aún así­ la admiro” vamos que está claro que quería decir “y por eso la admiro, porque no la padezco”.

6. Hacia el final escribe “desválidos” en lugar de “desvalidos”, pecata minuta si uno lo compara con la perla más perla de este encuentro digital. Esa la dejamos para el final, como premio.

7. Le preguntan que si va de bares por ver si la pillan como a Zapatero con el café. Se escabulle bien, pero pelí­n envarada, me parece. Insiste en que no va a los bares.

8. En un momento dado, pierde los nervios o le sale la castiza que lleva dentro. Es con una pregunta sobre las casas desocupadas (pregunta 42). La genial contestación que da es la siguiente: “Me parece un disparate tan descomunal que no tengo aquí espacio para explicarle porqué”. Así­ me gusta, Espe, haciendo amigos y argumentando con finura (aunque debe ser un gustazo despachar así­ la pregunta de alguien, la verdad).

9. Redoble de tambor, ha llegado el momento de la perla. ¿Estás preparado para reí­rte?
En la pregunta 21, cuando le dicen “¿Son ustedes conscientes de que mucha gente les ve como un partido incapaz de reconocer sus errores?”.
Ella contesta, diligente: “La verdad es que no soy consciente. A mí­ no me cuesta trabajo reconocer mis errores, creo. Y no sé a qué error se refiere”.
Simplemente genial. No he leído nada más absurdo en mi vida.

Y para terminar, la guinda del pastel:

La despe de Espe
Estos encuentros digitales tienen un apartado final llamado La despedida. Es la última oportunidad del personaje para cerrar convenientemente la charla y dejar buen sabor de boca.

La despe de Espe fue la siguiente:

(Dí­gase con voz de hiena coquetona) La gente que me conoce sabe que tengo muchí­simo sentido del humor (ya te digo, “yo admito los errores, ¿qué errores?”). Me están advirtiendo que lo del posado va a dar qué hablar (¿y lo de los errores te parece que no?; lo siguiente va en tono condescendiente) Queridos chateadores, era una broma. Hasta la próxima.
¿Chateadores? ¿Pero no decía que no iba de bares? ¿en qué quedamos? Ahora me explico lo del “disparate descomunal” y lo de que Telemadrid es lo más plural que fabrican en televisiones hoy en día. En fin.

Soluciones:

1. Los “como no podí­a ser de otra manera” aparecen en la 7 y en la 10; seguro que alguno más lo detectó y borró a tiempo.
2. En la pregunta 5 tutea a un lector que la trata de usted. En general Espe trata a todo el mundo de tú salvo a dos lectores.

El premio, si has acertado, es una repetición de la perla, veamos:

-¿Son ustedes conscientes de que mucha gente les ve como un partido incapaz de reconocer sus errores?”.
-La verdad es que no soy consciente. A mí no me cuesta trabajo reconocer mis errores, creo. Y no sé a qué error se refiere.

Y si no has acertado, espero que hayas pasado un buen rato leyendo las ocurrencias de esta guionista de Camera Café desaprovechada, pues de eso se trataba.

(Dedicado a Bubelita, a la espera de que las CHARCAS se sequen o algo)

Espe jode lo que somos

El ESPEjito mágico de ESPE declara: guapa no sé, pero tonta, un rato

Por petición popular el blog de Elsinora se hace eco de la polémica con la campaña publicitaria encargada por Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, capital de España, en Europa, Planeta Tierra, Sistema Solar.

Tres amigos me han escrito para transmitirme la noticia del traspiés de la presi y me han remitido el mismo link al video promocional de marras. Se nota cierta efervescencia y no me extraña: con las elecciones municipales a la puerta y las protestas sobre la manipulación en la televisión controlada por esta mujer, un resbalón así sólo se puede ver como un acto fallido (¿lapsus linguae? ¿Algún freudiano en la sala?), una broma del destino o justicia poética. O simplemente otro hallazgo de quien creyó sacudirse su fama de inculta declarándose una lectora ávida de la célebre escritora portuguesa Sara Mago.

Cada uno de estos tres amigos me explicaba el escándalo del video promocional de la cadena Telemadrid de una manera ligeramente distinta y me ha parecido curioso: para una, poeta, lo importante era la vis cómica, construida sobre un inadvertido calambur, para el segundo lo fundamental era que el propósito habí­a funcionado como un boomerang y se había estrellado contra la cara del que lo lanzara y para la tercera en discordia (respecto al video, no respecto a mí), suponía de un lado la constatación sangrante de que en Madrid se dedica mucho más presupuesto a estas chorradas que a investigación y del otro, el nivel de eficacia del gabinete de comunicación que lleva globalmente la publi de la Comunidad y el Ayuntamiento, que no es otro que el antiguo portavoz del gobierno de Aznar Miguel Angel Rodríguez, el Hombre Comadreja (que ahora que lo pienso se da un aire al ex francés de Fí – será por eso que nunca me fié de Didier, quien por cierto resultó ser un traficante de poca monta y ponedor de cuernos). La cosa es que este señor que acumula más errores en su historial que el fabricante de Tip-Ex ha sido capaz de bajar la media de ocupación del Teatro Español del 92% al 30% en un mes (a pesar de regalar entradas) y además cobrarle a ESPE (y a todos los madrileños) muchos cientos de miles de euros por abrillantarle un espejo en el que mirarse (la campaña de la discordia la ha llevado Publicis pero Rodríguez no debía de andar muy lejos como responsable de la imagen global) y luego, no ha tenido los reflejos para evitar que en la promo de los espejos, el destino, la mala suerte, o la falta de luces le escupiera bonitamente en la cara- espejo.

Para quienes no estén al tanto, contaré que la cuestión de fondo es que la televisión autonómica de Madrid, financiada con dinero público regional, ha sido reiteradamente acusada de manipulación y que sus trabajadores además de huelgas y manifiestos han llegado a montar un partido polí­tico como medida de fuerza contra dicha manipulación. Esta situación pelín surrealista le lleva a uno a exclamar Mi no entender, y a sumirse en la perplejidad.

Mi reacción personal como madrileña que lleva año y medio fuera de España es también curiosa. Ayer leía la entrevista que le hacían en El Mundo y donde ella estaba más pizpireta que nunca y decí­a que le gustarí­a posar desnuda para una foto como la concejala de no sé dónde, “pero no se dan las circunstancias” (afortunadamente, me dije yo) y se mostraba más que confiada en un triunfo de Rajoy en las generales y me alteraba bastante, por la sensación que desprendí­a de que para la tipa todo era un juego y por la constatación de que había venido con los deberes hechos: habí­a memorizado exactamente lo que tení­a que decir, y lo iba soltando palabra por palabra, el problema es que el soniquete era demasiado “de memorieta” y tenía la impertinencia del que sabe que sabe y va sobrao: esto para la inmigración, esto para el empleo, esto para la M-50 y tiro porque me toca, manifestarse es un derecho constitucional y bueno, Gallardón y yo tenemos nuestros días (España limita al Norte con el Mar Cantábrico, al Sur con el Mar…) En fin, que leída en extenso desde el espejo de El Mundo me irritó bastante.

Sin embargo, cuando finalmente he visto el video de marras me ha parecido que el tema del anuncio no era para tanto. Tiene gracia y es una metedura de pata considerable, pero si llegas al video después de todo el revuelo y encima estás en Inglaterra, el “Espe jode lo que somos“/ “Espejo de lo que somos” se te queda en la retina y en el oído una décima de segundo (lo cual no quiere decir que no sea lamentable lo que pasa en Telemadrid) y en cambio las escenas de Madrid, el juego visual con los espejos, las caras de los locutores (alguno que no conoces o reconoces) te impactan mucho más. Te queda la idea de que Madrid es una ciudad estupenda y que el video está bien concebido. Tiene quizá un punto pelín inhumano o artificial: los presentadores como pasmarotes en medio de una ciudad de gente que se mueve, pero en realidad eso es una televisión, un marco rí­gido que quiere dar cuenta de algo que es dinámico y complejo.
Esto por lo que se refiere a mi percepción del asunto video. En absoluto quiero decir que esa imagen de Madrid como ciudad estupenda sea correcta: hay un montón de cosas por arreglar…

En fin, dejo aquí­ el famoso link. Pasen y vean, señores. La parte final del video, cuando se dice el lema, es especialmente cómica.

La versión de otra fuente sobre el mismo caso aquí, que no se diga que este blog no es plural.

—————————
Como el lector avispado habrá notado, este es el segundo post del día 21 de abril. La directora de Mi no entender, Elsinora, me ha llamado con urgencia para que escribiera una edición especial con esta historia. Como soy obediente me he puesto a ello inmediatamente y he dicho, a la orden, jefa. Terminado el encargo, yo Elsinora redactora me voy a pedir horas extras a yo Elsinora directora. Y si Elsinora directora no paga las extras a Elsinora redactora me escribo un manifiesto y me lo mando a mí­ misma. Menuda soy, ¿somos? En fin, alguien es algo. No sigo, que luego me sale un calambur y se monta la de San Quintín. Ya tenía que salir Quintín, hablando de morosos…

“However” dijo Blair o un marciano en la Casa de los Comunes

Es miércoles. He estado estudiando lo que me parecen bastantes horas y decido hacer una parada. Pongo la televisión y mi errático paseo por las diferentes cadenas me hace caer en la BBC.
Es un programa tipo magazine pero dedicado a la política, llamado “Daily politics”. Se me ocurre que un título semejante en España se consideraría disuasorio para los espectadores y se rechazaría. Conectan en directo con una sesión en el Parlamento. Alguna vez he visto parte de alguna de estas sesiones en España. Por ejemplo, la dimisión de Cook, equivalente al Ministro de Exteriores, con motivo de su disensión respecto a la guerra de Irak me pareció vibrante y conmovedora.
Pero esto que veo ahora sin introducción en español ni notas al pie para explicar qué ocurre es lo más parecido a un concurso de rock por parejas o a un ring de boxeo en el que se enfrentaran dos luchadores vestidos de payasos, por el aire cómico, no por lo ridículo. El de la oposición menciona un hecho ominoso, el gallinero jalea. Se sienta. Blair se levanta (está al lado de su mínima tribuna, una mesa en realidad) con una carpeta llena de tiritas que señalan diferentes asuntos. Gesticula con fuerza. Se ha apoyado en su codo derecho. Su cuerpo ancho y potente llena la pantalla. Ríe. Argumenta. El gallinero contrario jalea. El de la oposición vuelve a decir algo. La risa flexiona sus labios gruesos, la risa asoma por sus gafas. Este jefe de la oposición, Ministro de Trabajo del antiguo gobierno, es un viejo zorro que resulta simpático, por eficiente, por conocedor de su espacio. Ambos demuestran unos reflejos excelentes. Retórica clásica y sentido del humor, rasgos que no sobran en el Congreso español. Los datos los tienen frescos, saben debatir, parecen creer en lo que defienden. “Ya que ambos nos vamos”, le está diciendo el oponente, “me gustaría aconsejarle que…”. A lo que Blair, tranquilo, le dice que no tiene mucho sentido que alguien que no ha ganado ninguna elección le dé consejos a alguien que ha ganado tres.
Ambos proyectan bien la voz, pero Blair es más ducho en esos menesteres. Derrocha energía física. Se toca maquinalmente las gafas como si las recolocara, pero no las mueve en realidad. En un momento dado se quita las gafas (momento importante), “however”, dice, y continúa diciendo. Están en medio de una especie de “capoeira”, mitad danza mitad lucha; si bien estilísticamente se parece más a un baile de rock por parejas, el chico subiendo a la chica por las alturas, o haciendo que se incline hacia atrás. Hay algo de chulería física en los ademanes de Blair y en los de su oponente; resulta chocante para una mentalidad española, bastante más formalista; pero resulta muy atractivo.
En lo que llamo el gallinero (porque tiene algo de corral de comedias: las personas apelotonadas, los micrófonos colgando) están los diputados de uno y otro partido, uno a cada lado. Tanto los laboristas como los conservadores interpelan a Blair por turnos. La forma de reclamar turno resulta chocante y confusa, porque se hace casi de manera simultánea a la intervención de otro diputado. Por ejemplo A rompe a hablar y una décima de segundo después distintas personas se ponen de pie brevemente y se vuelven a sentar, como en un ballet mal coordinado o como si alguien tuviera tentaciones de reventar el asunto cada dos minutos y luego se arrepintiera.
El que preside el Parlamento, con peluca blanca típica y su toga negra, o sus secretarios deben tomar nota de quién se levanta una centésima antes que el otro, porque una vez que Blair le haya contestado pronunciará el nombre del siguiente interpelador. Las preguntas pequeñas se mezclan con las grandes (“En mi demarcación, Su Señoría, recientemente cuatro vacas han cruzado la carretera sin mirar… Es inadmisible, ¡vacas irresponsables! La educación vial en vacunos deja mucho que desear ;-)))) y Su Señoría contesta a la pequeña o la gran cuestión elevada por el escocés o el galés de extraño acento.
La única adversativa que ha utilizado Blair en su larga intervención es “however”. No sigo muy de cerca la actualidad política, pero a juzgar por la lingüística, la cosa pinta mal para él. Se está quedando sin recursos.