Decí­amos ayer: mejoras paso a paso en EEUU y nuevos datos sobre la fiebre aftosa

Un par de post atrás hablábamos de la importancia de reducir las emisiones de CO2 y de controlar el cambio climático, el calentamiento global etc, a raí­z del documental de Al Gore “Una verdad incómoda“. Pues bien, la Cámara de los Representantes norteamericana acaba de aprobar una ley que retira subvenciones a los productores de petróleo nacionales y obliga a las empresas eléctricas a que el 15% del suministro proceda de energí­as renovables. No hubo acuerdo en las medidas relativas a los requisitos de los coches, pero sí­ respecto a la eficiencia de electrodomésticos y bombillas. La noticia completa del New York Times, en inglés, aquí­.
Versión en español, de El Paí­s, aquí­.

También hay novedades respecto al brote de fiebre aftosa en la zona de Surrey de la que hablábamos ayer. Parece que cerca de donde surgió el brote hay una empresa farmacéutica que elabora una vacuna con la misma cepa. Se considera probable que esta cepa del virus -muy poco frecuente en animales, según cuenta la Wikipedia en su versión actualizada de hoy e idéntica a la que se aisló en laboratorio durante el brote de 1967- se filtrara de algún modo a la granja afectada. La vaguedad y la forma de titular ciertas informaciones me ha hecho pensar que los medios consideran posible o probable que el virus se filtrara de forma interesada. En el cuerpo de las noticias no hay nada objetivo que confirme esa posibilidad, de manera que quizá sea una mala interpretación por mi parte, efecto de leer demasiado a Joyce analizando entre líneas. O quizá que me he puesto en modo conspiratorio después de ver en la página de Escolar.net el vídeo de la entrevista en CNN+ a José Ribas, fundador de la revista Ajoblanco, comentando su libro sobre la transición española titulado “Los 70 a destajo” (a mí­ me pareció bastante verosí­mil lo que cuenta, por cierto; escalofriante, pero probable).

Volviendo a la fiebre aftosa en Inglaterra, lo más lógico es que sea un caso de negligencia. Por el momento se ha sacrificado la cabaña entera del lugar afectado, se ha aislado la zona y se está investigando. Además, se ha prohibido el transporte de ganado dentro de la Pérfida así­ como el comercio exterior.

Habrá que hacer lo posible por parecer humanos para que nos dejen desplazarnos en lo sucesivo 😉

Una verdad incómoda

Anoche estuvimos viendo el DVD de Al Gore “An Inconvenient Truth” (“Una verdad incómoda“). El documental trata de cómo las altas emisiones de CO2, unidas a las agresiones a la atmósfera están produciendo un creciente , deshielo de las zonas polares, subida del nivel del mar, sequí­as e inundaciones.

El documental está estructurado como una presentación “real” (un Power Point con todo tipo de medios, en realidad), a la que se suman escenas del propio Gore volando en avión con su portátil (un Apple, por cierto; los contestatarios no usan PC) para hablar con cientí­ficos chinos o en el Congreso norteamericano o escenas de la finca donde él pasaba el verano, con un rí­o que ya no está o incluso de los campos de tabaco que la familia explotaba hasta que decidieron que ya estaba bien de expandir el cáncer por el mundo. Además de esto hay imágenes de bloques de hielo imponentes y de lagos con árboles.

La pelí­cula es interesante, aunque el esquema Power Point se me hizo pesado, visual y “filosóficamente“. Al Gore domina el formato presentación: tanto la entonación, el ritmo, los chistes, la parafernalia técnica, las citas “espirituales”, el name dropping (“mi amigo Carl Sagan”) son realizados con mucha habilidad, aunque lógicamente todo tiene un tufillo a reunión de “salesmen” norteamericanos que chirrí­a. Sin embargo, ni el dominio del ex vicepresidente de estas destrezas ni el recurso estratégico a exteriores y escenas “emotivas” (mediante flashback a escenas familiares/bucólicas de su pasado o viajes a Groenlandia para ver el nivel y composición del hielo; un juego entre pasado personal versus presente social, el legado a nuestros hijos etc para tocar todas las fibras del público) son capaces de compensar las consecuencias de un error retórico fundamental.

Y este error es que la mera visión sostenida de un Al Gore con sobrepeso hablando a la concurrencia sentada en sus sillas acaba saturando y yendo en cierta manera contra el mensaje de la pelí­cula, me parece. Uno se pregunta qué hacen ahí­ esos tipos trajeados y maquillados tan quietos si hace media hora que ha quedado claro que nos estamos cargando el planeta; ¿por qué no se levantan y se ponen a hacer algo? ¿Cuántos watios y cuántos medios se han empleado para que Míster Gore tenga sus gráficas con colorines, los focos, el ascensor, su pelo con laca, cuánto fuel han gastado los aviones en los que se le ve volar, y los taxis? ¿Por qué elegir una escenografí­a tan estática si de lo que se trata es de llamar a la acción?

Además, si uno recurre a este formato de charla porque quiere enfatizar que estas cosas se cambian mediante la concienciación persona a persona, familia a familia, ciudad a ciudad (Al Gore insiste en el tema de que ha hecho un tour mundial explicando estas cosas), ¿no serí­a más lógico dar la palabra a la audiencia en algún momento? Las metáforas sólo funcionan si uno respeta sus rasgos.

Sorprende que hayan dejado este punto sin tratar porque toda la presentación está muy bien concebida: documentada, pedagógica y muy visual; como ese momento en el que se sube a un ascensor para ponerse a la altura de las temperaturas previstas para años venideros; la imagen resultante es cómica y didáctica al tiempo). ¿Se trata de una revolución que se hace hombre a hombre, pero tú sólo puedes escuchar y sonreir como una marioneta?

El momento en el que Al Gore repasa los méritos de los norteamericanos para motivarlos para pasar a la acción ecológica tiene tela: resulta que ellos fueron los que tiraron abajo el muro de Berlí­n y acabaron con el comunismo, entre otras cosas.

Los guionistas de Míster Gore parecen estar convencidos de que sus compatriotas sólo pueden tomarse en serio las causas éticas/morales si pueden ganar la medalla de oro en unas hipotéticas olimpiadas de la ecologí­a. No es posible ser “verde” por convicción, hay que ser el mesí­as mundial de lo verde y mostrarle el camino al resto de paí­ses cortos de vista, pobrecitos ellos (nosotros, vamos). Entiendo que la persuasión de masas no admite muchas sutilezas, pero estos detalles me parecieron harto significativos.

En fin, recomiendo el documental, porque aclara bastantes ideas y es interesante. Una forma divertida de verlo es imaginarse que en lugar de hablar Al Gore habla George W. Bush y se va liando con el puntero, y con la gráfica y se atasca con las palabras largas.

Para el público inglés, además, las inundaciones de semanas atrás vuelve el tema mucho más candente y supongo que a los griegos, con esa ola de incendios devastadores, les ocurrirá lo mismo (lo de las Canarias parece que fue provocado, por otra parte).

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-“An Inconvenient Truth” es una producción de la Paramount de 2006, de 100 minutos de duración, dirigida por Davis Guggenheim. Toma como base las conferencias del ex futuro presidente de EEUU (él se presenta con sorna diciendo: “I’m Al Gore. I used to be the next President of the United States”) por todo el mundo, destinadas a concienciar sobre el calentamiento global y el efecto invernadero. Ficha completa del documental, en inglés y fotos aquí­.
-Un trailer sobre el documental, muy bien montado y bastante espectacular en la página de Apple.
-Información complementaria en español y algunas escenas sobre el documental en este sitio peruano.
-Artí­culo que pone en duda el ecologismo de Al Gore.
-Datos sobre un cinta que Spike Jonze rodó sobre Al Gore para su campaña presidencial y no se llegó a estrenar y link para verlo, en inglés aquí­.

Okupa en mi propia tierra

Es viernes 20 de julio y sigo en Madrid. El Javier de Mier ya fue y estuve dando clases lunes, martes y miércoles, como profe, en un Máster para diseñadores. La experiencia ha sido interesante, aunque lógicamente no ha hecho mucho por mis contracturas (bueno, por ellas ha hecho mucho; por quién no ha hecho demasiado es por mi relax ;-))) pero sí por mi cuenta corriente (y ésta deberí­a relajar la tensión de las otras, supongo).

La cuestión es que justo al terminar aquello me surgió otra historia para agosto, a la que he tenido que decir que no porque sospecho que la tesis no se va a escribir sola, ni tampoco mi miniproyecto carapantallil. Y porque me niego a convertirme en una muñeca de Famosa para siempre.

No sé exactamente cuándo me vuelvo a Londres, pero imagino que el miércoles, que es la fecha del billete de vuelta original. Mi intención era adelantarlo pero he pensado que me gustaría irme completamente recuperada de mis contracturas (“cervialgia” es el nombre genérico de lo mío; yo que nunca he sido muy circense tengo inflamado el trapecio, que al parecer va desde el cuello hasta los hombros y la parte media de la espalda), porque la maleta y el avión suelen agravar la cosa y porque parece que mi fisio de aquí­ me va cogiendo el tranquillo (o yo a él).

Pero en cualquier caso necesito ponerme a trabajar ya y a organizar la tesis… y hacerlo sin contracturarme de nuevo. Me he comprado unos cuantos libros sobre posturas correctas de espalda, formas de disminuir el dolor y técnicas de relajación. A ver qué sale de todo esto… De momento mi fisio me ha recomendado dos ejercicios y que cuando esté sentada me ponga un libro sobre la cabeza. Lo que me faltaba para parecer una loca/letraherida total.

Veo en Sky News que en Inglaterra está diluviando. Que han vuelto las inundaciones y que se prevén dos meses de lluvias copiosas, mientras en España nos achicharramos. También veo que Gordon Brown y Sarkozy se han reunido, mientras en Londres no cesan de salir a la luz escándalos de corrupción (fondos a cambio de honores) del gobierno de Blair, no tan distinto al de Gordon Brown. El miércoles vi en directo parte de la sesión de los Comunes y me pareció que Brown no lo acababa de hacer bien, que le faltaba “pegada” o rotundidad a la hora de contestar a las crí­ticas de Cameron sobre los presos liberados para descongestionar las cárceles. En todo caso, me pareció muy entretenido y vibrante y me gustó comprobar que lo entendí­a todo o prácticamente todo y no sólo partes como al principio de llegar a Londres.

Está claro que no es sólo una cuestión de idioma o de oído, sino también de referentes: si conoces la actualidad es mucho más fácil entender de qué hablan.

¿Y qué cosas “madrileñas” he hecho estos días? El último día de clase, volviendo a casa se me antojó un bocata de calamares. La idea era tomármelo por el camino, pero como tardaban en hacerlo, me senté en la barra y para hacer tiempo me pedí un vermú. Debí­an ser las once de la noche o así­. Y así­, esperando, viendo una pelí­cula con un tal Nemo en una pantalla gigante, tomando notas en mi nueva Moleskine, observando la interacción entre el camarero español y el latinoamericano (¿peruano? ¿colombiano?), los carteles descoloridos con las fotos de los platos (pensando que los diseñadores a los que habí­a dado clase pensarí­an que menudo horror de fotos, y que a pesar de todo el sitio estaba bastante lleno) y uno especialmente de “Patatas chulas” (pregunté qué era y me dijeron que llevaban una salsa especial, secreta) y escuchando los rumores de la gente de las mesas de fuera y los pedidos del camarero que los atendí­a en realidad lo que hacía era un escaneado total de lo que es una noche de verano en Madrid, un bar cualquiera.

La temperatura era ideal y aunque estaba cansada y seguramente se puede tardar menos en freír unos calamares resultó muy agradable. La semana pasada estuve en la piscina un par de horas. Casi no puedo nadar por las contracturas y tomar el sol pasada media hora me aburre, así­ que fue agradable pero breve.

Reportando desde La Pérfida

Llevo algunos dí­as queriendo escribir sobre algunas noticias de la Pérfida. Lo pospongo porque me faltan datos y perspectiva y ando mal de tiempo para documentarme bien (como periodista conservo un cierto prurito profesional). Pero dado que el mío no es un blog polí­tico y que las noticias no van a estar esperando hasta que yo tenga tiempo para investigar a fondo (son así­ de peculiares ellas), he decidido que daré una visión general sobre algunos puntos.

La primera noticia es sobre que la reina de Inglaterra ha aprendido a mandar e-mails. Parece que para comunicarse con sus nietos. Me parece estupendo. Espero que no se dediquen a comentarse lo indignados que están por el reportaje de Channel 4 sobre las últimas horas de Diana, programa que no vi por cierto, porque me pilló aún en España. De lo que es probable que también hablen por correo electrónico es sobre las carreras de Ascot. Hoy mientras comía puse la tele (BBC1 creo que era), y ahí­ estaban los sombreros y las carrozas y la reina, y el duque de Edimburgo, sesenta años de matrimonio cumplirán en noviembre ha dicho la locutora y luego que si se llevaba el negro y el blanco y que si la infraestructura de Ascot supone contratar a no sé cuántas mil mujeres, que el 90% del personal es femenino (muy glamuroso según los locutores, pero en fin) y que si en la primera carroza viene tal magnate, que si la cifra de apuestas, aquí­ llega la sexta fortuna de Canadá. Contaron también la historia de las carreras en cuestión y parece que fue petición de una reina llamada… ¡Clink!, el timbre del microondas anuncia que mis Lentejas a la Riojana de Litoral están listas, así­ que la reina en cuestión queda rebautizada como ¡Clink!

Originalmente el recorrido era mucho menor, eso sí­ lo oí­, incluso oí­ la longitud, pero la verdad es que no me acuerdo ni tampoco me interesa lo suficiente como para investigar. La mayor parte de los que estaban en Ascot hoy jueves (unas 8000 personas, decí­a el locutor) estuvieron también el domingo en Saint James/Green Park, si bien vestidos de otra manera. Celebraban con mucha solemnidad el 25 aniversario del conflicto de las Malvinas, que allí­ llaman Falklands y cuyo caso enfocan de manera distinta a como se suele ver en España. Este enlace cuenta el conflicto desde el punto de vista británico y en este artículo se cuenta que los expertos en derecho internacional tienen claro que tanto las Malvinas, como Gibraltar y demás acabarán siendo devueltas a sus dueños. Aquí­ un enlace del Guardian sobre los efectos de la guerra en los veteranos argentinos

La cuestión es que el domingo hubo un desfile solemne de los soldados de entonces, con 25 años más, y muchos kilos más encima y algunos sin brazos o sin alguna pierna (información complementaria sobre la ceremonia en sí­, en inglés, aquí­). Familias y veteranos iban muy trajeados, algunos de ellos incluso llorando y la voz del locutor de la BBC que a diario parece muy profesional y tirando a objetivo parecí­a esta vez el Grisom de CSI pillado fuera de horas de servicio en la cama con la escuchimizada que le tira los tejos y con un par de cucarachas en la almohada. Me irritó mucho el tufo colonial y prepotente de toda la escena, el detalle con el que narraba cada movimiento, ese punto tan de vergüenza ajena que tiene todo nacionalismo belicista, pero por otra parte me parece que esta costumbre británica de celebrar a sus caí­dos tiene su punto de coherencia: si les mandamos a defender nuestra idea de Nación, de Estado, de extensión territorial, justo es que les demostremos gratitud por hacer eso que les hemos pedido que hagan, se dicen ellos.

El Remembrance Day (el segundo domingo de noviembre, dí­a en el que se reconoce a los soldados caí­dos en las dos guerras mundiales y es costumbre lucir una amapola en la solapa; más información sobre esto aquí­ ), también conocido como el dí­a del Armisticio, va por ese lado también.

El homenaje resulta congruente a nivel institucional , otra cosa es que uno a nivel personal no comulgue con esa idea de Nación, Estado, extensión territorial, el fin justifica los medios etc etc. Yo no comulgo con estas ideas, pero está claro que mi estatus como ciudadana española se beneficia o es resultado de la actividad del ejército español. El nivel de vida y los privilegios del primer mundo no vienen del éter, como todos sabemos, pero en fin, no me quiero desviar mucho porque el tema es demasiado complejo.

La sensación es que Inglaterra en general apoya a sus militares y sus acciones. Que incluso está orgullosa de ellos. Basta pasearse por los parques o las iglesias de Londres y de cualquier punto de Inglaterra para encontrar las placas sobre los caídos en tal guerra más o menos colonial, más o menos carnicera. La crisis con Irán por los marinos hallados en aguas iraní­es fue un duro golpe para el militarismo británico. El hecho de que los marinos secuestrados vendieran exclusivas a la prensa amarilla y tuvieran un comportamiento más humano que militar durante el cautiverio resultó difí­cil de asumir. El anuncio de la liberación produjo alivio inmediato pero fue en circunstancias tan extrañas que resultó evidente que habí­a una contrapartida por parte de Downing Street.

Y creo que lo voy a dejar aquí­, porque tengo un cuento a medias que debo entregar esta noche. Dejo en el tintero lo de los precios de la vivienda en Inglaterra (están tan caros que ni en las cárceles hay sitio ya ;-))) y lo de la rivalidad Hamilton/Alonso (sobre la que ha hablado Sirventés aquí­) en MacLaren.

Lo que no quiero dejarme en el tintero es que el lunes espero amanecer con un montón de felicitaciones (ví­a blog o vía e-mail) porque es mi cumpleaños. Imagino que la reina de Inglaterra no me felicitará por e-mail, porque aún no conoce mi blog. A ver si sus nietos le explican esto de los websites y las bitácoras y demás. Aunque no sé, a lo mejor el tí­tulo de mi blog no la predispone muy favorablemente. ¿Vosotros qué creéis?

Sobres, herencias y troní­o

Mi año y medio en La Pérfida me ha dejado una herencia extraña. En primer lugar, se ve que ha dado a mi cara aspecto de diccionario inglés-español y español-inglés, porque de no ser así­ no me explico por qué cada vez que vemos una serie o una pelí­cula norteamericana o británica mi hermano se pone en modo usuario de Babylon y pulsa el botón secundario de mi cabeza para que le confirme sus más o menos peregrinas teorías sobre cómo se dice algo en inglés. Como si yo no tuviera bastante con las malí­simas traducciones y con los con frecuencia malos doblajes. Así­ es imposible seguir la trama de una pelí­cula o la de la corrupción urbaní­stica en Marbella.

Luego está el factor troní­o y caspa, con su Pantoja y su Rocío Jurado y su familia Flores. Parece que sólo ocurriera eso en el mundo: gentes que chillan y desafinan en el sentido más literal y en el metafórico. Sobres, herencias y troní­o. Los hijos ilegítimos de los Flores-González. El marido al que se posterga. La finca que se revaloriza. La modernidad mediopensionista de fotos top-less en Interviú o pelí­culas sobre corrupciones de la carne que luego fueron corrupciones a secas. Sobres llenos de dinero en el cajón de los calcetines y cuentas opacas en Suiza.

Mi herencia de la Pérfida incluye algunos tics ingleses: decir “come in” cuando llaman a la puerta de mi cuarto o internarme en el pasillo por las mañanas a golpe de “morning!”. Y también he comprobado que padezco el síndrome “llevar una chaqueta” por lo que pueda pasar, porque en Londres el tiempo varí­a cada hora y claro, en Madrid, salir con una chaqueta en el brazo cuando hace veinticinco grados hace raro. Lo bueno es que con chaqueta o no, si vuelvo a casa tarde cuando la temperatura ha descendido, aguanto mucho mejor el frí­o (el fresco) que el resto de la gente, non che male.

Otra de mis herencias es el carapantallismo. Es momento de hacer el último esfuerzo y terminarlo. Va a quedar muy bien, creo. Y al otro lado habrá un sobre, recordémoslo.

En el mundo de los sobres blancos y salmón a mis compañeras de peluquerí­a se ve que les fue muy bien: Espe ganó y el equipo de la Botella (es la segunda del equipo de Ruiz Gallardón) hizo lo propio. Espero que a mí­ también me vaya bien con una serie de cosas que tengo en marcha a mi vez.

Y por cierto, que se me olvidó comentar que a Espe le apuntan el turno en la peluquerí­a como Condesa y que suele ir a primera hora y que le ponen un cafetito en una mesita especial con un agua mineral y la manicura le hace las manos a la vez que la peluquera la peina. Ambas dos (Espe y Ana) llevaban pantalones negros y pelo tirando a rubio. Eso es el troní­o Génova style, los oros parece que pasaron a mejor vida.

En cierta manera me alegré de que los sobres con papeletas socialistas no se prodigaran en las urnas madrileñas. Sólo renovando desde dentro la FSM (Federación Socialista Madrileña), convertida ahora en PSM (Partido Socialista Madrileño) saldrá algo provechoso de ahí­, nido de tránsfugas y polí­ticos con maneras de mafiosos de la Ley Seca. Tienen que olvidarse de su herencia/rémora y empezar desde el principio.

Al final, pese a las dificultades logísticas, pude expresar mi opción polí­tica en las urnas. Hasta ahí­ puedo leer. A este sobre se le acabaron las palabras.