Redes sociales

Acabo de regresar de una cena con mi amiga de Taiwán. Ella anda terminando su tesis sobre Virginia Woolf y hoy hemos celebrado que he acabado mi tesina. Ha sido tan fácil quedar con ella que he lamentado no haberlo intentado antes, a pesar de andar en pleno carapantallismo. En general, en Londres las citas se organizan al menos con dos semanas de antelación, porque la gente está muy liada y las distancias son grandes (y porque son así­ de raros, la verdad). Lo habitual aquí­, entonces es: creo que dentro de dos semanas me va a apetecer celebrar algo que no sé si va a parar o no. O bien, fijemos ahora dí­a para hacer algo dentro de un mes aunque dentro de un mes ya no me apetezca hacer eso sino otra cosa.

La cosa es que con esta amiga han bastado unas horas de antelación para vernos. Al despedirnos le he propuesto ir al teatro la semana que viene. Ponen una comedia de Noel Coward en el pequeño teatro local que hay cerca de casa y me apetecí­a ir. Iremos el viernes. Me gusta que los planes salgan bien, como decí­an en el Equipo A.

Antes, hacia la una, Patrick me ha preguntado si pensaba salir hoy porque en Brick Lane habí­a un festival de curry y me podí­a apetecer ir con él. Me ha sorprendido agradablemente el ofrecimiento, porque justo el dí­a anterior le estaba tachando de insociable y tí­o-a-su-bola. La cosa es que habí­amos hablado alguna vez de comida india, y él sabe que me gusta, así­ que su ofrecimiento demostraba cierto interés en lo que le cuento y en mis gustos. Mala suerte, porque yo habí­a estado el dí­a anterior en esa zona, precisamente por el festival de marras, aunque cuando fuimos los puestos estaban cerrados. Se lo expliqué y le conté que tomarí­a un café con una amiga después y se piró. Un par de horas después llamó F. desde el aeropuerto. Regresaba de Suecia y se preguntaba si me apetecerí­an unas tapas esta noche. Le dije que iba a salir hacia las 7 pero que no volverí­a tarde. De todas maneras, no entiendo qué obsesión le ha entrado a F. con que vayamos a tomar tapas. Me parece estupendo que le gusten, pero es muy improbable que a mí­ me guste el sucedáneo de tapas a precio de oro que nos iban a encasquetar. Al final llamó a Patrick y se sumó al plan post Brick Lane, que al parecer consistí­a en ir a un pub en Shoredich, una zona de lo más trendy donde Patrick anda buscando piso, al parecer. Espero que al menos Patrick llevara coche y F. metiera su maleta en él en lugar de arrastrarla hasta el guardarropas.

3 respuestas a «Redes sociales»

  1. Me da la sensación, Elsi, amor, de que no es que se volviera todo el mundo sociable de repente (que no es que tú hayas dicho esto, pero se deduce por la lectura comparada de tus artículos (otro master que nos echamos al coleto los leedores constantes), sino que tú te muestras más receptiva. Es decir: es la suma de que lo estás más tu “mismidad”, y de que “los otros” lo saben. ¿Ou non?

  2. Acabo de descubrir esta tarde tu blog. Curioso. Me interesa mucho la literatura inglesa. Yo no acabé mi tesis pero no sabes como la sufrí… Un saludo.

  3. Teresa, claro, hay una confluencia de factores. Se puede hablar mucho de este tema. Y hablaremos, hablaremos.

    Carmen, bienvenida. Pues menuda faena… no? Si te interesa la literatura te sugiero que selecciones esa etiqueta en la ventana de arriba (Choose a topic). Mi blog es muy misceláneo y a veces es complicado localizar lo que a uno le interesa.

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