Ratones letraheridos

Hace unos meses, cuando andaba rematando a toda prisa una tesina sobre Bartleby el escribiente de Melville, en la que analizaba una traducción de Borges, mi ratón decidió rebelarse. Me espetó un “preferirí­a no hacerlo” gradual (primero desobedecí­a un cierto porcentaje de órdenes para después directamente ignorarme, como si yo fuera una abogada pusilánime cualquiera de Wall Street) y se quedó tan pancho, gris y apocado, en su rincón, sin una triste explicación o motivo para la esperanza.

Ahora que ando terminando a toda prisa mi tesina (del doble de extensión que la anterior) sobre Ulises en la que también está en el punto de mira una traducción de Borges, al ratón le ha dado por rebelarse de nuevo. Se trata de otro ratón, ergonómico, que compré precisamente para sustituir al rebelde, pero se ve que pertenece a la misma escuela de pensamiento y que sólo andaba esperando la oportunidad para darse a conocer. Y la oportunidad parece que se escondía en la parte de las conclusiones. Así­ que quizá el mensaje implícito es que todo se repite, que los ratones, o mi ordenador, o yo preferirí­amos no llegar a ninguna conclusión, que bien está lo que bien acaba, pero que si no acaba mejor, porque somos posmodernos y nos va la narrativa circular, o inacabada, o directamente rota. O que como ratones que somos nos va lo de dar vueltas incesantemente en nuestra rueda dentro de la jaula.

Sea como fuere, a pesar de los contratiempos y las rebeliones ratoniles y musculares (la contractura aún no se fue y tras muchas horas de escritura se hace oí­r) la tesis avanza. No será una tesina fantástica, pero cumplirá su función.

Y creo que sería buen momento para adaptar el refrán a los nuevos tiempos y decir “sabe más que los ratones inalámbricos” en lugar de los ratones coloraos.

Ya que de ratones va la cosa, dejo aquí­ un link a un artí­culo sobre la visita de un ratón de carne y hueso, de nombre Satancillo.

3 respuestas a «Ratones letraheridos»

  1. Muy graciosa tú. Y muy bien que ya estés en las conclusiones y que ya (¡por fin!) pienses que tienes un buen trabajo entre manos. Claro que… si a un par de días de la entrega te viera en otra situación, te juro que ya no sabría qué vela quemar….
    Y ya de paso te digo que muy rico el post anterior. Mira, me relajó y me puso de buen humor hasta a mi…
    Lo de tu ratón (o tus ratones bartlebianos) me recuerda una cosa que aún no fue. ¿Curioso, ¿eh?, un recuerdo del futuro….). Bueno, no es exactamente así­, pero algo de ello hay: se trata de un cortometraje de animación que en unos meses estará en sus pantallas (ojalá sea en todas las posibles) a cuya génesis asistí, cuando no era más que una idea en la cabeza de un guionista-dibujante brillante que se gana la vida de taquillero de un teatro y unos pocos dibujos en un papel. (Luego dicen que faltan guionistas en el cine español. Lo que falta son ganas de pagar a los buenos guionistas. Pero dejo el tema, que me caliento, y vení­a yo muy relajadita de tu post anterior). Sigo: el otro dí­a me enseñaron parte del montaje de lo que ahora, tras dura pelea, ya es una peli de animación. Fantástico. Y… se trata de una batalla campal entre un ejército de lápices y un ejército de ratones. No digo más. Al loro para cuando esté visible al público. Creo que valdrá la pena.

  2. Es que los ratones son de lo más caprichoso y los inalámbricos más. De los inalámbricos y ergonómicos ya ni te cuento, que el mí­o se rebela cada dos por tres. Pero es curioso, nunca lo hace con tu posts, se ve que le gustan tanto como a su dueña.
    En fin, guapa, un último empujón, que ya estamos ahí­.
    Millones de besos

  3. Teresiña: me alegro mucho de que disfrutaras el post-relax. Me acordé de ti ese dí­a porque pensé que era la típica cosa que tú me recomendarí­as hacer. Sobre la calidad o el interés de la tesina es difícil pronunciarse, pero las conclusiones están cogiendo color. Mañana me toca rematar eso y algunos flecos. Echaremos un ojo a la peli si hay oportunidad.

    Parianea: cierto, los inalámbricos y ergonómicos son los peores (además de rimbombantes, con tanta esdrújula), pero los de cuatro patas como el Satancillo que nos visitaba antes tampoco me hacen demasiada gracia. Y me parece genial que tu ratón tenga tan buen gusto :-))

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