Si estos días has hecho como la mayoría y te has sumado a las comidas opíparas habrás experimentado la curiosa sensación de ver cómo tu energía merma y andas todo el día arrastrándote un poco como un alma en pena… Pues bien, yo antes de que me diagnosticaran la intolerancia alimentaria iba por la vida con esa sensación casi todo el tiempo, por más normalita que hubiera sido mi comida (el concepto de normal es muy relativo, ya se sabe, y si lo que tu cuerpo no procesa bien es el trigo, el arroz y el aceite de oliva la comida más normal te puede sentar como un tiro).
Por otra parte, estos días he puesto entre paréntesis parcialmente las indicaciones de mi pitonisa Lola con título universitario, porque si no la Navidad iba a ser demasiado triste, pero estoy notando las consecuencias…