Aventuras y capitulaciones de los Pavlowski en Londinum

No contentos con el alto rendimiento de nuestra pequeña finca, que da para desayuno, comida y cena de familia y allegados y charla animada en cocina y pasillo e Internet, y compra de billetes de avión para el hermano a media noche, y Skype para éste y el otro y demás, y Elsinora tú no sabrás cómo ir a tal sitio, ni cuánto cuesta tal abono, y cuando yo no esté en Londres que se quede H en mi cuarto y demás, si no os importa, he aquí que el sector minifundista polaco capituló fugazmente pero así y todo quiso seguir considerándose dueño de la posición. La capitulación consistió en aventurarse a visitar el Londres extramuros por unas horas. Pero pensaron que levantar el campamento de mi cocina un viernes por la tarde no era necesariamente incompatible con las expansiones internáuticas de H. Debe de haber sido recomendación del médico o así: en Londres, pase lo que pase, que H se conecte tres horas al día. Así que cuando yo, que me distraigo con facilidad, estaba empezando a recuperarme por fin de tanta interrupción (mi habitación está pegada a la puerta de la calle, así que: llamadas al timbre, pasos que entran y se van, el tintineo de las llaves del padre que lleva colgadas del cinturón porque, claro, tiene que tener las llaves de su casa polaca a mano, conversaciones de las que no entiendo nada, pero lo bastante audibles para distraerte, etc) y había avanzado algo en mi curso de inglés de los negocios , B -que no Avon- llamó a mi puerta. Quería saber si iba a estar en casa esa tarde, ya que H. necesitaba Internet pero él se iba con sus padres a conocer cómo es Londres al otro lado de nuestra cocina. Me maravilló lo convencido que estaba de que podía tirar indefinidamente de los recursos de nuestra casa por más que eso supusiera tirar al mismo tiempo de la cuerda de mi paciencia. A dicha cuerda le faltaba poco para alcanzar su límite, by the way. Ahora, además de documentarme sobre el inglés para estudiantes españoles, el español para estudiantes ingleses, la influencia de La odisea en El Ulises de Joyce y la mar y los peces, tenía que organizarme para estar en casa cuando al chaval le apeteciera echarse unas parrafaditas gratis desde el portátil de su amigo, en ausencia de éste. Le contesté que tenía que ir al centro a comprar un libro (era el Ulises de Joyce, in English, of course), pero que no sabía exactamente cuándo porque estaba trabajando en otra cosa (omití que esa otra cosa eran sublimaciones en inglés comercial de mis ganas de matarle a él y a su tropa: “you are fired”/ “estáis despedidos”; “you are not allowed to stay”/ “prohibido quedarse” , ”go out” y algunas expresiones de inglés coloquial que empiezan por “f” y que omito). B. dijo que OK, aunque no parecía muy convencido, rumiando probablemente que los traumas de H. por no usar Internet durante tres horas hoy caerían sobre mi conciencia.
Lo único que volví a saber de la trouppe de explotación intensiva es que madre, padre, hijo carnal e hijo adoptivo (H-Necesito-Internet) volvieron a esta nuestra comunidad a las 9 de la noche o así. Hablaron mucho en la cocina, cocinaron algo y luego lo dejaron todo bastante recogido, pero eso lo descubriría después…
Continuará