- Más intensidad y calidad en entrenamientos. Mayor control del trabajo de los jugadores. Centrándonos cada uno en un aspecto. Por ejemplo en que determinados jugadores/as cierren el rebote.
- Mayor seguridad en el entrenamiento. Es mucho más fácil, controlar situaciones que puedan afectar a la seguridad del entrenamiento, y detectar y tratar de la manera adecuada las posibles lesiones de los jugadores.
- Mayor rendimiento y consistencia en la dirección de partidos. Los entrenadores como personas que son tienen una capacidad de atención y energía limitadas. Así primero repartiendo tareas: temas administrativos, calentamiento, aspectos tácticos particulares, estado anímico de los jugadores, lesiones fortuitas y segundo teniendo los dos una idea global de lo que sucede en el partido hará que la asunción de decisiones tácticas sea más ponderada y más creativa.
- Todos los jugadores tienen un día malo, a todos los equipos les entra una pájara en algún partido y reconozcámoslo a todos los entrenadores también nos pasa; si tenemos un ayudante leal, capaz y acostumbrado a asumir responsabilidades, puede que la pájara sea mínima y puede que él con su fuerza levante al otro entrenador y al equipo.
- Lectura y proposición de diferentes situaciones tácticas. 4 ojos ven más que 2. En los partidos, en el entrenamiento, en la planificación.