26 ideas para la enseñanza de los fundamentos

VEINTISEIS  IDEAS PARA LA ENSEÑANZA DE LOS FUNDAMENTOS INDIVIDUALES

Por Juan José Liras. Entrenador Superior. Profesor F.B.M.

1. Busca que tus ejercicios capten la atención y atraigan el interés del grupo. Así conseguirás una motivación de origen en los jugadores, que luego sólo deberás intentar mantener. Ejercicios variados, juegos, competiciones y uso de diversos elementos, son algunas de las cosas que harán que la atracción por entrenamiento aumente.

2. Consigue que los ejercicios sean dificultosos pero realizables, aumentará la motivación por el aprendizaje. Si algo es imposible de conseguir desaparecerá la motivación en el momento que el jugador lo descubra, pero también si es demasiado fácil de alcanzar, pues cuando sea alcanzado deberán aparecer enseguida nuevos retos.

3. Haz ejercicios en los que trabajando un objetivo concreto, trabajes "algo más". Podemos así hablar de ejercicios "multiobjetivos con un objetivo central".  Así, por ejemplo, puedo trabajar las paradas con balón dejando al jugador tirar a canasta después de parar, siempre y cuando no se desvíe la atención en exceso del objetivo que queremos trabajara ni se pierdan demasiadas repeticiones del mismo.

4. Intenta que el jugador esté mucho tiempo en contacto con el balón, pues el aprendizaje de movimientos con balón suele requerir de más tiempo de práctica que el de movimientos con balón, que muchas veces requiere un componente de atención y concentración más que de repetición. Esto es debido a que al depender nuestros movimientos con balón del balón, se añade un componente de dificultad.

5. Intenta que el jugador esté casi siempre en actividad física y mental. No queremos "espectadores", sino gente implicada en un esfuerzo físico y mental que repercutirá en un aprendizaje y en que el entrenamiento sea de calidad y haya servido para crecer como jugadores. Hay que salir del entrenamiento siendo mejor jugador de lo que se era cuando se entró. Para ello resulta fundamental el tipo de ejercicio que propongas, que debe en ocasiones por sí mismo de conseguir que el jugador se esfuerce físicamente y esté obligado pensar, tomando decisiones.

6. Crea situaciones de "tráfico" para hacer ejercicios más reales. Sin decir que los jugadores se estorben, puedes crear situaciones en las que esto ocurra, obligando a decidir y reaccionar en respuesta a lo que está ocurriendo en la pista. Por ejemplo, podemos trabajar finalizaciones a canasta en las que los jugadores que vuelven de realizar su trabajo pasen por delante de los que lo está ejecutando, obligándoles a decidir, reaccionando al respecto.

7. Añade componentes de decisión cuando se haya alcanzado un cierto dominio técnico, consiguiendo así que el jugador no sólo se limite a ejecutar y a la vez que está repitiendo esté pensando en lo que hace. Por ejemplo, al trabajar el pasar y cortar con defensor, dejar que el jugador que tiene que pasar el balón evalúe la situación respecto al defensor y pueda tomar una alternativa distinta a la de pasar.

8. Crea riqueza en los ejercicios usando todas las herramientas disponibles: conos, aros, porterías, combas, pelotas de otros deportes, etc. Con esto se consigue reclamar la atención de los jugadores y trabajar respuestas motrices distintas, así como trabajar la percepción.

9. Busca como "echar sal" a los ejercicios cuando trabajes cosas "aburridas". Cuando un ejercicio es aburrido de por sí, se puede en ocasiones añadir componentes que lo conviertan en más motivador: competir, trabajar lo aburrido intercalado dentro de un juego, corregirse entre jugadores, etc.

10. Busca ejercicios imaginativos y cámbialos constantemente, de forma que provoquen respuestas motrices nuevas. Esto implica ir evolucionando, añadiendo en ocasiones dificultad debido a la novedad y en otras de forma intrínseca.
No acabes nunca un entrenamiento sin haber realizado un ejercicio nuevo o variado uno antiguo. Sorprende a tus jugadores.

11. Fomenta que tus jugadores "inventen" y hazles ver que te gusta que sea así. No reprimas nunca su imaginación. Permite e incentiva que tomen decisiones, aunque el resultado de las mismas no sea en ocasiones adecuado por mala decisión o por mala ejecución. Cuando sea por mal decisión no dejes pasar la oportunidad para utilizarlo como herramienta de aprendizaje, en ocasiones preguntando al jugador por qué no logró el objetivo y cuál hubiera sido la decisión adecuada.

12. Persigue la perfección y cuida el detalle en aquellas cosas que son realmente importantes. Insiste e la buena situación de partida a la hora de realizar los ejercicios. Así, no permitas que ningún ejercicio se inicie sin una adecuada posición de equilibrio, visión alta o con un correcto agarre del balón. Si es necesario para, separa y se corrige.

13. Pasa por alto detalles que no son importantes o que no son objetivo en ese momento. Evitaremos así dar demasiada información al jugador (mucha de ella inútil  y no asimilable) y pérdidas de tiempo.

14. Intenta que los jugadores hagan lo que quieren (generalmente jugar), trabajando aquello que tu deseas. "Engáñales" haciendo tu entrenamiento útil y atractivo a la vez, pero siendo consciente de que hay cosas que a veces hay que trabajar de forma aburrida y de que hay momento en los que es hasta adecuado que el jugador se aburra. Pero analizando globalmente, la experiencia de acercarse al baloncesto tiene que ser para el jugador divertida y atractiva.

15. Usa el juego como herramienta básica de tu metodología de enseñanza de los Fundamentos Individuales. Conseguirás de este modo esa diversión y atracción de la que estamos hablando.

16. Debes ser exigente con tus jugadores, pero también contigo mismo. No dejes nada a la improvisación y no inventes "sobre la marcha". Prepara tu entrenamiento y elabora una adecuada y analizada progresión en el trabajo de los Fundamentos Individuales.

17. Adecua el trabajo a la edad de los jugadores. Los conceptos son iguales a cualquier edad y con cualquier experiencia,  lo que cambia forma de entrenarlos, que es distinta. No caigas en el error de entrenar como si tuvieras delante a jugadores ACB.

18. Intenta ser un modelo eficaz. El jugador ejecutará mejor aquello que ha visto hacer. No basta con explicar un movimiento, es mejor que lo vean. Si no te consideras un buen modelo, a lo mejor puedes probar con tu ayudante.

19. Deber ser paciente, dejar que tus jugadores se equivoquen y que mejoren poco a poco. Hay cosas que no se aprenden de un día para otro. El jugador necesita tu esfuerzo, comprensión y paciencia. Cuando estas condiciones se dan, el jugador poco a poco progresará.

20. No corrijas todo y en todo momento. Encuentra lo adecuado para corregir (focaliza tu trabajo en uno o dos objetivos)  y el momento y forma oportunas en las que hacerlo. En determinados casos puede  no ser buena idea hacerlo delante de los compañeros o en el momento en que se produce el error. Valora la situación y toma decisiones al respecto.

21. No radies lo que el jugador debe hacer. Practica en ocasiones el "ensayo y error". Puedes dejar que el jugador descubra por sí mismo la solución al problema, pero facilitándole el trabajo, dándole pistas y un feedback adecuado. En ocasiones puedes usar preguntas, con la idea de centrar la atención del jugador, hacerle pensar y de este modo, interiorizar mejor la solución.

22. Establece expectativas realistas para cada jugador. Practica una enseñanza individualizada, pues cada jugador posee unas condiciones distintas. Plantea objetivos individuales. No todo el mundo puede aprender lo mismo ni responder de la misma forma ante un método para  aprender. Intenta conocer a tus jugadores y descubrir la mejor forma de "llegarles".

23. "Caza" a los niños haciendo cosas correctas. Cuando así sea felicítalos en público, aumentará su motivación y su autoconfianza y generará el deseo de imitar la conducta premiada en los que escuchan. Todos respondemos mejor a la felicitación que al reproche, usa por ello con frecuencia el "refuerzo positivo".

24. Siempre que sea posible, da instrucciones breves, fáciles de entender y de forma amena, con el objeto de rentabilizar al máximo el tiempo de entrenamiento. Usa palabras estratégicas que el jugador reconozca y hagan que se centre en un determinado aspecto. No des monólogos que aburran e incluyan muchas ideas, pues el jugador se distraerá y le resultará imposible recordar todas las ideas.

25. Usa el tono de voz adecuado al momento. No siempre debe ser el mismo. Si siempre chillas, el jugador se acostumbrará a ello y no responderá adecuadamente cuando ese chillido sea necesario. Si siempre usa una entonación baja, te resultará más difícil usar el tono de tu voz para relajar una situación tensa.

26. Sé entusiasta, pues esto es algo que se contagia a los que te rodean. Si eres y demuestras ser comprometido, te resultará más fácil conseguir el compromiso en los que te rodean.

En definitiva, debes saber que si consigues motivar y dotar a tus jugadores de un alto grado de autoconfianza, tendrás puestas las bases para un aprendizaje eficaz. Para ello será fundamental que se diviertan y que lo pasen bien.

Metodología enseñanza fundamentos

METODOLOGÍA A LA HORA DE LA ENSEÑANZA DE LOS FUNDAMENTOS INDIVIDUALES (UNA PROPUESTA)

AUTOR: JUAN JOSÉ HERNÁNDEZ LIRAS

Para trabajar con sus jugadores, un entrenador debe tener claro no sólo qué enseñara, sino también cómo lo enseñara. El proceso metodológico usado en nuestra actividad constituye en la mayoría de los casos el elemento clave para alcanzar el objetivo propuesto.

Lo primero que debemos saber es que no todo puede ser enseñado en cualquier momento. Debemos establecer una planificación del trabajo a realizar en la que se establezca un orden de ejecución. Este orden no sólo debe de estar marcado por la edad del jugador, sino que también por su experiencia deportiva y su madurez física e intelectual. Es un error considerar que a un jugador se le debe enseñar una determinado fundamento sólo porque tenga una edad en concreto.

Una vez tenemos claro qué es lo que vamos a enseñar, entra en juego el cómo enseñarlo. Cada entrenador puede escoger distintos caminos (modo de enseñar) para llegar a un mismo objetivo (adquisición de un determinado fundamento) y aquí entrar en juego un sin fin de cosas. El baloncesto es un deporte de gran complejidad técnica, y el niño debe acercarse a él de una forma estructurada. Lo primero que debe hacer es entender desde una perspectiva global a través del propio juego la utilidad de cada fundamento. Posteriormente se trabajará el fundamento en pos de la consecución de su dominio técnico. Luego deberá saber aplicarlo adecuadamente dentro del propio contexto del juego, con lo que estamos añadiendo componentes tácticos a la ejecución técnica.

Pero, ¿cuál es el camino para la consecución del dominio técnico en un fundamento? Todo comienza con la explicación detallada de aquello que se quiere trabajar. Pero con la teoría no es suficiente, será necesario el modelado: el entrenador, actuando como modelo, muestra al deportista el movimiento correcto que quiere que este haga.

Posteriormente, llega el momento en el que es deportista debe ponerse en acción. Para ello, el entrenador deber diseñar unos ejercicios en los que se trabaje aquello que se le quiere enseñar. Es importante que en el aprendizaje técnico fijemos una serie de objetivos progresivos, de forma que el deportista pueda focalizar su atención en un aspecto o aspectos concretos del movimiento que está haciendo en vez de dispersar su atención en múltiples cosas. En estos ejercicios se pueden trabajar simplificaciones del fundamento que se quiere enseñar o el fundamento completo, pero centrándose en un determinado aspecto. Es importante tener la paciencia suficiente para saber que si estoy trabajando determinado objetivo, deberé pasar por alto errores que no constituyen el propio objetivo o que no dificultan su consecución. Cuando inundo al jugador con información, imposibilito que este se centre en aquello que representaba el objetivo del ejercicio. No se debe corregir varias cosas a la vez. Conforme se vayan dominando determinados aspectos, irá siendo en momento de centrarse en otros nuevos objetivos.

Es importante el variar los ejercicios destinados a la consecución de un objetivo, con el fin de evitar la monotonía y consiguiente pérdida de intensidad, concentración y motivación en el jugador, pues hay que tener en cuenta que para dominar un determinado aspecto técnico será necesario su repetición un alto número de veces.

Además, primero debemos buscar la perfección del movimiento a  ritmo lento, sin buscar la velocidad en la ejecución y sin oposición. Será bueno proporcionar  feedback (informar al deportista sobre la conducta que ha emitido). Eso, en el ámbito del aprendizaje de los fundamentos individuales, se convierte en una estrategia crucial, pues en su ausencia será difícil que el deportista sepa cual ha sido el resultado de sus intentos y, por tanto, más probable que disminuya su interés por el aprendizaje y su capacidad para centrar su atención en aquello que se le está demandando que haga.
 
Cuando hayamos conseguido el dominio técnico a velocidad reducida, será el momento de perseguir una mayor rapidez en el mismo, todavía sin oposición.

Posteriormente deberá ser trabajado en situaciones reales, a través de la oposición. Pero es importante darse cuenta de que las circunstancias que rodean un entrenamiento no son las mismas que las que rodean la propia competición. Muchas veces vemos como un jugador que domina determinada habilidad durante el entrenamiento, es incapaz de llevarla a la práctica en la competición. Esto es debido a que la competición deportiva tiene sus propias características, combinando condiciones estresantes y motivantes, lo cual suele afectar al funcionamiento de los deportistas, llevándonos en muchos casos a un rendimiento inferior al del entrenamiento (si bien hay casos en los que el efecto es a la inversa). Por todo esto, será importante trabajar en determinados momentos en el entrenamiento bajo situaciones estresantes que nos acerquen a la competición e incluso, como la mejor simulación de la competición es la propia competición, se puede usar esta como una prolongación del entrenamiento y poner para un partido o para un determinado momento  del mismo, por ejemplo un cuarto, un objetivo de realización concreto (por ejemplo, efectuar cambios de dirección por entre las piernas).

A la hora de llevar a cabo toda esta metodología  es bueno explotar los recursos de que dispones, y uno de ellos es el entrenador ayudante. A veces resulta adecuado huir de estilos de trabajo autocráticos (autoritarios) y usar modelos más delegatorios, lo cual como en ocasiones por error pensamos, no significa perder el control. El trabajo de los fundamentos individuales en grupos reducidas suele ser fundamental, y es donde entra en juego la labor del ayudante, que bajo las directrices marcadas por el primer entrenador o elaboradas en conjunto puede realizar su trabajo por separado. Ya sabéis eso de que cuatro ojos ven más que dos, y muchas veces, por ser demasiado dominantes, dejamos al equipo tuerto.

Al trabajar los fundamentos hay que ser modesto pero ambicioso: hay que centrarse sólo en un objetivo o dos, pero buscando la perfección. Además debemos cuidar los detalles y no dejar nada a la improvisación. No debes obviar que todo el mundo trabaja. No te conformes con eso, busca la calidad en tu trabajo diario.

BIBLIOGRAFÍA

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COMAS, M. Baloncesto, más que un juego. Gymnos. Madrid. 1991
MONDONI, M. Clinic de Navidad. Madrid. 2000
MONDONI, M. Artículos. Clinic
BUCETA, J.M. Psicología del entrenamiento deportivo. Dykinson. Madrid. 1998
CRUZ, J. "Asesoramiento psicológico a entrenadores". Barcelona. 1994