Aceptamos Elsinora… (parte III)

Me pidió que le enseñara la lengua y anotó algo en el informe minimalista que habí­a empezado a rellenar yo misma. Sentenció que lo primero era la acupuntura y que después verí­amos si me hacía falta alguna pastilla. La parte de las pastillas a mí­ no me hací­a demasiada gracia, por aquello de no saber exactamente qué te tomas, así­ que no le seguí­ mucho la corriente y le advertí­ que tení­a el estómago sensible y que no podía tomar según qué cosas. Me dijo que se trataba de productos suaves, que en realidad todo estaba basado en hierbas, you know, y que eso no te puede hacer daño. El comentario me pareció completamente absurdo (la cicuta es una planta, si a eso vamos; aquí­ más información sobre otras plantas venenosas -algunas con flores muy bonitas- que mi doctora china debería conocer). De no haberme contado Yoko que las sesiones de acupuntura le habí­an ido muy bien, me habría ido en ese momento.

Me pasaron a una salita, con una camilla y un perchero y una lámpara y con una cortina y me dijo que me quitara la camiseta y los zapatos y que me tendiera sobre la camilla bocabajo y salió de allí­. Me llama mucho la atención el énfasis de muchos fisios y masajistas en dejarte solo cuando te quitas la ropa, para preservar tu intimidad se supone, cuando a los dos segundos van estar encima de ti igualmente medio desvestido y durante un buen rato. En España los dos masajistas a los que he ido no tienen esa costumbre, pero supongo que es algo no sólo cultural sino personal. Imagino que para ellos es como un rito: cuando te están tratando lo suyo es que estás sin ropa, pero dos minutos antes debes tener intimidad porque aún no estás completamente en rol paciente.

La cosa es que al rato entraron la médico y la recepcionista (digamos, la ATS) me extendieron algo por la espalda y luego sin mediar palabra empezaron a colocarme las agujas por la espalda. Me dolió un poco, o más bien, sentí­ como un respingo al introducir algunas de ellas, como cuando el médico te da en la rodilla y la rodilla responde, pero en plan más intenso. Empecé a sentir calor muy pronto y me acordé de que en la minihistoria médica junto a mi firma de autorización poní­a “moxibustion treatment” o algo parecido. Me sonaba que la palabra querí­a decir…

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*La serie “Aceptamos Elsinora como pincho moruno” va dedicada a Metrolando, como guiño a sus investigaciones borgiles. Espero que le guste.