A cada personalidad, su entrenamiento

Es curioso esto de que te pongan la etiqueta de ansiosa. Es como si de repente todo lo que hago estuviera marcado por esto. Por ejemplo, mi trabajo con la bicicleta elí­ptica. (¿Elipti qué? para saber más sobre la elíp­tica echa un vistazo a este post).

Cuanto más me observo a mí misma y a mis compañeras de Pilates y de otras actividades físicas más me convenzo de que cada uno deberí­a enfocar su entrenamiento o su deporte en función de su forma de ser y no de manera genérica como se suele hacer. Habría que aplicar pequeñas adaptaciones. A la gente rápida habría que darle tareas rápidas y enseñarle a ser constante y planificar. A la gente lenta pero constante habrí­a que encargarle tareas de larga duración pero retarles también con pequeñas actividades rápidas y trabajar su velocidad de reacción.

Piedras gimnásticas

Volviendo al tema, la elíptica es parecida a la bici estática, pero en ella vas de pie y trabajas también los brazos. Pones los pies en unas plataformas grandes que hacen un recorrido elíptico (de ahí el nombre). Puedes elegir mayor o menor resistencia. Y por supuesto puedes enfocar el ejercicio como quieras, de resistencia, más o menos anaeróbico o aeróbico. Incluso puedes pedalear al revés (poco recomendable si la coordinación no es lo tuyo).

En mi caso, aunque llevo bastante tiempo con la elí­ptica y he usado distintos enfoques, últimamente parece que lo único que no me aburre (ansiosa como soy) y que no me abruma (deportista más bien dominguera, reconozcámoslo) es el de intervalos.

Elíptica

Y es que es lógico. Si eres impaciente, es lógico que plantearte diez minutos a ritmo moderado-alto se te haga un mundo, pero en cambio pensar en 3 minutos a ritmo moderado-alto y un minuto a máxima potencia es mucho más llevadero. Ese minuto es precisamente el intervalo, y en teorí­a es bueno para adelgazar y para progresar en el entrenamiento porque fuerza al corazón a adaptarse. Como son series de 4 minutos puedes hacer unas cuantas por sesión. Yo normalmente suelo hacer sesiones de unos 45 minutos o más porque, si no, al descontar el calentamiento y la vuelta a la calma el ejercicio efectivo se queda en nada.

A efectos prácticos, con el entrenamiento por intervalos lo que notas es que los minutos a más de 21 km/hora son durillos pero llevaderos y que te dan un subidón de hormonas euforizantes que te dejan estupendo y con ganas de repetir. Tienes que estar bastante concentrado en el ejercicio para ir calculando siempre la proporción 3 minutos a ritmo moderado – 1 minuto a máxima potencia (saberte los múltiplos de tres bien, o ir contando con los dedos de alguna mano libre).

Pues en resumen así es la cosa. Primero estiras la musculatura anterior y posterior de las piernas, calientas durante 5 u 8 minutos en la propia elíptica a ritmo suave, luego 3 minutos a ritmo medio, 1 min al máximo y tantas series de 3+1 como quieras. Te guardas unos 8 minutos para la vuelta a la calma sobre el propio aparato, preferiblemente bajando la resistencia (para no eternizarte en recuperar las pulsaciones normales) y luego estiras bien gemelos, gastronemio, isquiotibiales y cuádriceps, los tí­picos estiramientos que se hacen después de correr, vamos y si tienes los brazos cargados también los sueltas un poco.

Y por hoy se ha acabado el capí­tulo de “El libro gordo de Petete”. Seguiremos informando en cuanto superemos el empacho de torrijas ;-)…