Mujer de un solo hombre

O mejor, mujer de un solo ser humano, miembro o miembra 😉
El otro dí­a tuve clase a solas con La Bruja. Qué miedo, diréis quienes hayáis leído el post “Me sube la bilirrubina“. Quienes además de este post hayais leí­do “Me gusta tu camiseta” simplemente no sabreis qué pensar. Yo, como soy de natural optimista, no pensé nada y me limité a ver qué pasaba.
Sí­ os puedo adelantar que acabé la clase colgada.
No sé qué les ocurrirá a Naaachoo y a Sonia para no poder venir a unas clases tan caras. Sara ya había advertido que no podí­a venir.
La cosa es que tuve una clase estupenda. La profe me estuvo explicando un montón de cosas y la luz se abrió paso en mi mente, es decir que he empezado a entender algunos movimientos que antes simplemente hací­a a lo tonto.
Me gané unos cuantos “magní­fico, Elsinora” y además la profe me contó que como somos pocos alumnos y muy distintos en cuanto a fí­sico y forma de trabajar va a intentar dedicarnos un dí­a a cada uno en especial. Eso podrí­a explicar la desviación descarada pro Naaachooo del otro dí­a.
Sea como fuere, terminé la clase colgada. Literalmente. En el aparato llamado Cadillac hay dos tiras como de borrego suspendidas de la parte superior. Te meten los pies ahí­ y te cuelgan para estirar bien la espalda. Sienta muy bien… En mi caso lo de colgarme tení­a como objetivo suavizar la hiperlordosis, es decir reducir el arco excesivo de las vértebras lumbares. Salí de la clase encantada de la vida y relajada… Pero, eso sí­, al dí­a siguiente tení­a agujetas en las piernas y hasta en músculos que no sé cómo se llaman.