Mi dashboard me lo robaron

…anoche, cuando dormí­a; dónde estará mi dashboard, dónde estará mi dashboard, dónde estará mi dashboard… Donde quiera que esté mi dashboard é’ mí­o.
Tranquilos, no es que me haya sentado mal mi tarta de cumpleaños a base de esponjosos biscotes Wasa Delikatess hecha con el más selecto centeno integral sueco y un poco de yeso ni que me haya picado la mosca Manolo Escobar.
La cosa es que estaba yo toda decidida a actualizar el blog escribiendo un post titulado “Hoy no, mañana” dado que mañana precisamente me toca ver a mi experto en intolerancias alimentarias, cuando he sufrido un verdadero momento Expediente X.
¡No aparecí­a el acceso al cuadro de gestión de contenidos del blog! No tení­a forma de acceder a la trastienda de este blog para actualizar. De hecho, apenas podí­a consultar los últimos artí­culos, porque el navegador de la derecha aparecí­a en blanco… Eso te pasa por no actualizar en semanas, me he dicho a mí­ misma. Pero luego he respirado hondo, he dejado atrás el saber mí­tico y mi tradición católica culpabilizadora y he decidido darle un enfoque racional al asunto. Este enfoque me ha hecho desechar la idea de llamar a Iker el de los fenómenos paranormales y además, como últimamente me siento osada y audaz, he decidido investigar por mi cuenta esta extraña desaparición.
Los antecedentes son que me he cambiado de ordenador y también a un sistema operativo superior. La cosa es que en Mozilla no aparecí­a la parte de acceso a Admin, tampoco en Explorer 9. Mucho html5 y muchas narices de diseño lí­quido pero al final te dejan sin acceso al cuadro de mandos de tu bitácora y se quedan tan panchos. Pensando que era algo de los nuevos navegadores me he descargado Google Chrome, hecho clic en Aceptar sin detenerme mucho y rezando para que no guarden demasiados datos de mi historial (ando un poco paranoica con el tema). Cuál no serí­a mi decepción al ver que la única ventaja de Google Chrome era que veí­a más grande la estrella de la caja que deberí­a contener el navegador de la izquierda; una estrella más grande, pero la misma caja vací­a. Me estrellé con todo el equipo (nunca mejor dicho).
Empiezo a pensar que la culpa es de Windows 7, tan intuitivo como es ha decidido que no hace falta poner un enlace a la parte de gestión de contenidos.
Pero en fin, lo he logrado solucionar: este post es prueba de ello. Me he valido del viejo truco de investigar en qué terminan los dashboard de WordPress y añadir esa extensión al nombre del blog. Un pequeño paso para cualquiera que sepa programar o trastear en html pero un gran paso para alguien como yo, con una gran tendencia a emular a Mí­ster Bean.
En fin, acceder al dashboard ha sido tan agotador que lo voy a dejar aquí­. Me voy a Pilates a ver si esos aparatos se me dan mejor y los cuadros de mando del Reformer, la Wunda, o las torres me lo ponen más sencillo.
Pero eso sí­, qué maravilla saber que puedo acceder a la gestión de contenidos aunque no aparezca el acceso por ninguna parte pinchable. Eso del “what you get is what you see” (lo que ves es lo que hay) es una falacia como otra cualquiera… afortunadamente en este caso.
No olviden vitaminarse y mineralizarse y manténganse lejos de Explorer 9, que se come la mitad de los contenidos…